El café es una de las bebidas más consumidas del mundo, pero pocos conocen su verdadero origen. Lo que muchos llaman «grano de café» no es realmente un grano, sino la semilla de una fruta: la cereza del café. Esta fruta, que crece en los cafetos, pasa por un largo proceso antes de convertirse en el café que llega a nuestra taza cada mañana. Cuando las cerezas están maduras, adquieren un color rojizo intenso, aunque algunas variedades pueden ser amarillas o incluso naranjas. En su interior, se encuentran dos semillas enfrentadas, cubiertas por una fina membrana llamada pergamino. Sin embargo, en casos raros, solo hay una semilla redonda, conocida como «caracolillo», que da un café con características diferentes. El viaje del café desde la planta hasta la taza es un proceso meticuloso que combina tradición, ciencia y paciencia.

¿Sabías que el café se obtiene de una cereza?

Para obtener el café tal como lo conocemos, primero hay que recolectar estas cerezas a mano o con máquinas especializadas. Luego, se retira la pulpa mediante el método seco o húmedo. El método seco, usado en regiones con poca agua, consiste en dejar secar las cerezas al sol durante semanas antes de extraer las semillas. En cambio, el método húmedo, más moderno, usa agua para fermentar y retirar la pulpa antes del secado. Una vez secas, las semillas pasan por un proceso de tueste que determina el sabor final del café. El nivel de tueste es clave: un tueste ligero conserva más acidez y notas frutales, mientras que un tueste oscuro potencia los sabores amargos y caramelizados.

La cereza del café se llama así por su tono rojizo / Foto: Unsplash
La cereza del café se llama así por su tono rojizo / Foto: Unsplash

Pero ¿qué pasa con la pulpa de la cereza? Aunque durante mucho tiempo se desechaba, en los últimos años ha ganado protagonismo en la industria gastronómica. Con esta pulpa se elabora la «cáscara», una infusión con notas dulces y afrutadas que recuerda al té. Además, la pulpa se ha empezado a utilizar en productos como mermeladas, licores e incluso en fertilizantes naturales para los mismos cafetales. Su alto contenido en antioxidantes y cafeína la convierte en un ingrediente interesante para bebidas energéticas y cosméticos naturales. También se están desarrollando alternativas sostenibles para su aprovechamiento en la industria alimentaria, reduciendo el desperdicio y generando nuevas fuentes de ingresos para los productores.

Grano del café ya sin la cáscara / Foto: Unsplash
Grano del café ya sin la cáscara / Foto: Unsplash

El conocimiento sobre el origen del café y su proceso de producción permite apreciar aún más cada taza. No se trata solo de una bebida energizante, sino de un producto con historia, tradición y múltiples posibilidades. Desde su origen como una cereza hasta su transformación en un espresso o un cappuccino, el café es el resultado de un proceso fascinante que involucra a millones de personas en todo el mundo.

Este artículo ha sido elaborado con la ayuda de ChatGPT y supervisado por un periodista de Elnacional.cat.