¿Azúcar o sacarina? Es una eterna cuestión objeto de numerosos estudios que tratan de averiguar qué es mejor para la salud: los edulcorantes o el azúcar. Con defensores y detractores, lo cierto es que ambos productos tienen sus pros y contras.
Azúcar blanco (o moreno)
A diferencia de lo que la mayoría de la gente piensa, según la OMS, 100 gramos de parte comestible de azúcar moreno aportan aproximadamente 390 calorías, frente a las 400 calorías que hay en 100 gramos de azúcar blanco.
La gran diferencia en este caso radica en el tipo de calorías que aporta cada uno. El azúcar blanco proviene de la caña de azúcar, por lo que aporta más grasas y casi ninguna vitamina. A diferencia del azúcar moreno, que aporta diferentes vitaminas del grupo B, además de minerales como, el calcio, el potasio, magnesio y sodio.
La sacarina para las dietas ‘zero’
Sin duda esta es la opción que menos calorías te va a aportar a tu dieta. Si comparamos el aporte calórico, el azúcar contiene cuatro calorías por gramo, los edulcorantes artificiales, como la sacarina, no tienen ninguna.
Pero la trampa radica en que se ha comprobado que su consumo continuado modifica las bacterias de la flora intestinal, generando intolerancia a la glucosa. En resumidas cuentas, si padeces diabetes u obesidad, cualquier médico te dirá que este tipo de edulcorantes estará totalmente prohibido.
La sacarina es más cara que el azúcar
La sacarina y otros edulcorantes artificiales son por lo general más caros que el azúcar. Aunque estemos dispuestos a pagar más cuando se trata de salud, algunos organismos como la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) alertan que salvo para los diabéticos, el uso de edulcorantes en nuestra dieta no aporta nada más que un incremento en el precio de los productos.
La sacarina y otros edulcorantes artificiales son por lo general más caros que el azúcar
Reducir la ingesta de azúcar
Tanto para los adultos como para los niños, la Organización Mundial de la Salud recomienda reducir el consumo de azúcares libres a menos del 10% de la ingesta calórica total. Una reducción por debajo del 5% de la ingesta calórica total produciría beneficios adicionales para la salud. Para hacernos una idea, la cantidad que recomienda no superar este organismo internacional son los 25 gramos de azúcar al día.
¿Cuál es la solución?
La solución consiste en reducir la dosis de azúcar si estamos tomando de más y en no abusar de la sacarina (se recomienda que no se supere el consumo diario de 5 mg por kilo de peso corporal).
Y a la hora de elaborar cafés e infusiones que podemos endulzar con azúcar o sacarina no hay que olvidar la importancia de la calidad del agua. Para ello, un descalcificador o un sistema de ósmosis inversa en el hogar nos ayudarán no solo a eliminar los sabores y olores desagradables, sino también a evitar la dureza del agua y acabar con los posibles virus y bacterias.