El moho en los alimentos es un tema que suscita dudas y precauciones. Aunque en algunos casos, como los quesos azules, el moho es parte deseada del proceso de maduración, en la mayoría de los alimentos, la aparición de moho es una señal de descomposición y puede ser perjudicial para la salud. Sin embargo, la respuesta a si se pueden o no comer los alimentos con moho no es absoluta y varía según el tipo de alimento y el moho.

¿Qué es el moho?

El moho pertenece al reino de los hongos y se reproduce a través de esporas, que están presentes en el aire y pueden aterrizar en los alimentos. Bajo las condiciones adecuadas de humedad y temperatura, estas esporas pueden germinar y crecer, haciéndose visibles como manchas difusas de diversos colores.

Moho en una mandarina / Foto: Unsplash

En la mayoría de los alimentos la aparición de moho es una señal de descomposición y puede ser perjudicial para la salud

Riesgos para la salud

Algunos mohos producen micotoxinas, sustancias químicas tóxicas para los seres humanos y los animales. La ingestión de alimentos con moho que contenga estas toxinas puede provocar intoxicaciones alimentarias y problemas de salud a largo plazo, incluyendo daños en el hígado y el sistema inmunológico. Por lo tanto, la regla general debería ser evitar el consumo de alimentos con moho visible.

Excepciones y precauciones

Existen excepciones donde el moho forma parte del proceso de maduración de ciertos alimentos, como en el caso de algunos quesos. El Penicillium roqueforti, por ejemplo, es un moho utilizado para producir quesos azules como el roquefort, el gorgonzola y el Stilton. En estos casos, el moho es seguro para el consumo.

El limón se puede ver afectado por el moho / Foto: Unsplash
  • Alimentos duros y secos: En alimentos duros y secos, como los quesos curados, el moho no penetra fácilmente más allá de la superficie. Por lo tanto, si aparece moho en un queso duro, puedes cortar la parte afectada —asegurándote de dejar un margen de seguridad de al menos 2,5 cm— y consumir el resto.

  • Alimentos blandos y húmedos: En alimentos blandos y con alto contenido de humedad, como frutas, verduras, pan y productos lácteos blandos, el moho puede extenderse fácilmente más allá de las áreas visiblemente afectadas. En estos casos, es mejor desechar el producto.

Para prevenir el crecimiento de moho, guarda los alimentos en condiciones adecuadas. La refrigeración puede retrasar el crecimiento del moho, pero no lo detiene por completo. Mantén los alimentos secos, ya que la humedad favorece el crecimiento de moho. Además, cubre los alimentos para protegerlos de las esporas del aire. Como regla general, es recomendable desechar los alimentos con moho visible, especialmente si son blandos o húmedos. Sin embargo, en algunos alimentos duros, se puede cortar la parte afectada. Siempre que aparezca moho, usa el sentido común y prioriza la seguridad alimentaria para evitar riesgos para la salud.