En el vertiginoso avance de la tecnología alimentaria, aparece una nueva propuesta que parece sacada de una película de ciencia ficción: una mantequilla sin lácteos ni vegetales, elaborada a partir de metano y creada por la startup estadounidense Savor. Esta innovadora empresa, que ha recibido financiación del propio Bill Gates, ha desarrollado un proceso mediante el cual consigue una mantequilla sin necesidad de agricultura ni ganadería, pero con el sabor, la textura y la cremosidad propias de la mantequilla tradicional. La propuesta no solo sorprende por su método de elaboración, sino también por su potencial para transformar la industria alimentaria. Según han explicado desde la cuenta de Instagram de @directoalpaladar, tras años de investigación, Savor ha logrado recrear los ácidos grasos necesarios mediante un proceso basado en principios de química orgánica, transformando elementos simples como el carbono, el hidrógeno y el oxígeno en grasas comestibles. Aparentemente, esta técnica no es nueva, sino que parte de lo que la cofundadora de Savor, Kathleen Alexander, describe como "la química más antigua de la Tierra".

Así es la mantequilla de ciencia ficción financiada por Bill Gates

El producto final es una mantequilla que se comporta de manera muy similar a la de origen animal, con una textura rica y cremosa, y una resistencia al calor mayor que la de la margarina convencional. No busca competir directamente en los supermercados, sino que apunta a un uso más estratégico: servir como reemplazo en la industria alimentaria de grasas como el aceite de palma o el aceite de coco, dos ingredientes ampliamente utilizados pero criticados por sus impactos medioambientales y efectos sobre la salud.

Esta mantequilla pretende reemplazar a grasas como el aceite de palma o de coco

Esta mantequilla consigue la misma textura que la de origen animal / Foto: Unsplash
Esta mantequilla consigue la misma textura que la de origen animal / Foto: Unsplash

Esta mantequilla de Savor, al estar libre de animales y plantas, promete reducir la huella ecológica, minimizar la necesidad de tierras agrícolas y aprovechar desechos como el metano, que suele ser un potente gas de efecto invernadero.


Bill Gates, quien ya ha mostrado interés en otras iniciativas de alimentación alternativa, ha sido uno de los principales impulsores de este proyecto, que podría marcar un punto de inflexión en cómo entendemos la producción de grasas comestibles. En un contexto donde el cambio climático, la sostenibilidad y la innovación tecnológica están cada vez más ligados, productos como este podrían representar una solución realista y eficaz para reducir el impacto de la industria alimentaria. Aunque aún falta para verla masivamente en el mercado, esta mantequilla “sintética” podría convertirse en un ingrediente común en muchos productos del futuro. ¿La comerías?