Es posible que se generen dudas a la hora de guardar ciertos productos después de hacer la compra en el supermercado. Los huevos, las patatas, la fruta, el chocolate... Con los quesos, sin embargo, está clarísimo que los tienes que guardar a la nevera. ¿Ahora bien, en qué condiciones? ¿A qué temperatura? ¿En|A qué espacio de este electrodoméstico? La nevera tiene un lugar ideal y óptimo para reservar los quesos y conservarlos de la mejor forma posible. Esta semana el copropietario de la quesería Llet Crua, Xevi Miró, nos resuelve una cuestión clave para poder mantener la calidad de vida de los quesos y que, a la hora de probarlos, tengan mejor gusto.
La fresquera y las bajas temperaturas
Aunque la forma de almacenar los quesos puede depender del tipo específico de queso, siempre hay ciertas pautas generales que se tienen que tener en cuenta. En primer lugar, la refrigeración. La mayoría de los quesos frescos y quesos lácteos se tienen que almacenar en la nevera para mantener su frescor. Eso incluye quesos como el queso fresco, queso crema, mozzarella, cheddar, entre otros. Si vives en una zona fría quizás estás familiarizado con la fresquera. Esta es la herramienta o recipiente que se utilizaba antiguamente para conservar los quesos. Estos productos si se conservan entre los 8 y 12 grados viven una evolución lenta y constante positiva para su gusto y sabor. El ideal es reservar los quesos en una fresquera si les queremos consumir al cabo de cuatro o cinco días. Así y todo, volviendo a la nevera, existe un lugar indicado donde guardar los quesos: es el cajón más frío de la nevera, donde acostumbramos a guardar las verduras.
¿Y a temperatura ambiente? Algunos quesos, como los curatos o fermentados, pueden almacenarse a temperatura ambiente. Los ejemplos incluyen el queso parmesano, el queso azul o el queso de cabra cuidado. Sin embargo, ten en cuenta que eso puede depender de la temperatura ambiente de tu entorno y de la duración prevista de almacenaje. Y es que en Catalunya cada vez es más difícil esta opción y lo tendríamos que contemplar cada vez menos.
Con respecto al envoltorio adecuado, es importante envolver bien los quesos para protegerlos del aire y la humedad. Puedes utilizar el papel de elaborador o envoltorios especiales para quesos para ayudar a mantener el frescor y prevenir la contaminación de olores. Ahora bien, no utilices el papel film porque no deja respirar el queso. Precisamente, el carácter de contenedor hermético es muy relevante. Guarda los quesos en recipientes herméticos para evitar que absorban olores no deseados de la nevera. Si tienes varios tipos de quesos en la nevera, trata de almacenarlos en compartimentos separados para evitar que los sabores se mezclen y mantener intacta la separación de los olores.