Los tater tots son pequeños bocados de patata frita que han conquistado a amantes de la comida en todo el mundo. Originarios de Estados Unidos, estos deliciosos cilindros crujientes tienen una textura única que combina un exterior dorado y crujiente con un interior suave y esponjoso. Pero ¿sabes cómo se hacen estos pequeños placeres culinarios? Aquí te contamos el proceso para que puedas entender su magia y, si te animas, incluso prepararlos en casa.
Así se hacen los 'tater tots'
Como era de esperar, el ingrediente estrella de los tater tots es la patata. Para obtener el resultado perfecto, se recomienda usar patatas con un alto contenido de almidón, como las variedades Russet, que permiten que los bocados se mantengan compactos y adquieran esa textura ideal. El primer paso consiste en rallar las patatas crudas o ligeramente cocidas. Este proceso es clave para que la mezcla tenga la consistencia adecuada. Después de rallarlas, se deben exprimir para eliminar el exceso de agua, lo que permitirá que los tater tots queden crujientes al freírlos.
La mezcla perfecta y el toque final
Una vez ralladas y escurridas, las patatas se mezclan con una pequeña cantidad de harina, que actúa como aglutinante, y se sazonan con sal, pimienta y, si se desea, otros condimentos como ajo en polvo o pimentón. En algunas recetas más modernas, se añaden hierbas frescas o queso rallado para darle un toque especial. El secreto está en trabajar la mezcla con cuidado, evitando que se desmorone, y moldearla en pequeñas formas cilíndricas características. Este proceso puede hacerse a mano o con moldes específicos para garantizar que todas las piezas tengan el mismo tamaño y se cocinen de manera uniforme.
Los tater tots se fríen en aceite caliente a una temperatura de aproximadamente 180 °C
Para conseguir esa textura dorada y crujiente, los tater tots se fríen en aceite caliente a una temperatura de aproximadamente 180 °C. Es importante que el aceite esté bien caliente para que los bocados se sellen rápidamente y no absorban demasiado aceite. Después de unos minutos, cuando estén dorados y crujientes por fuera, se retiran del aceite y se dejan reposar sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. El resultado son unos bocados irresistibles que pueden servirse como acompañamiento, aperitivo o incluso como base para recetas más elaboradas.
Los tater tots son un ejemplo de cómo un ingrediente tan humilde como la patata puede transformarse en algo espectacular con el tratamiento adecuado. Su sencillez, combinada con ese contraste perfecto entre lo crujiente y lo suave, los convierte en uno de los bocados fritos más exquisitos que existen. Ya sea acompañados de ketchup, salsas de queso o simplemente solos, son el placer perfecto para cualquier momento. ¿Te animas a prepararlos?