Hacer una salsa de tomate casera es uno de los mayores placeres culinarios. Sin embargo, aunque parezca sencillo, puede haber algunos problemas inesperados, como la acidez excesiva de los tomates. La acidez natural de esta fruta es lo que le da su característico sabor, pero en algunos casos, puede resultar demasiado fuerte y desequilibrar el plato. Aquí es donde entra en juego un truco simple y efectivo que muchos cocineros han utilizado durante años: el bicarbonato de sodio.

El truco del bicarbonato para mejorar la salsa de tomate

El truco consiste en añadir una pizca de bicarbonato de sodio a la salsa mientras se cocina. Este ingrediente tiene propiedades alcalinas que ayudan a neutralizar la acidez del tomate. Al agregar bicarbonato, notarás que la salsa empieza a burbujear ligeramente, lo que indica que está actuando sobre los ácidos del tomate. A diferencia de otros métodos para reducir la acidez, como el azúcar, el bicarbonato no enmascara el sabor, sino que realmente lo equilibra, suavizando la salsa sin alterar demasiado su esencia. Solo necesitas añadir una pequeña cantidad —una pizca o media cucharadita—, y después de unos minutos, la salsa quedará menos ácida y más suave al paladar.

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La elección de los tomates es importante / Foto: Unsplash

No debes excederte con la cantidad de bicarbonato

El bicarbonato también ofrece otra ventaja: permite que los demás ingredientes brillen. A veces, la acidez del tomate puede ser tan dominante que opaca el sabor de las hierbas y especias, como el orégano, la albahaca o el ajo, que suelen acompañar una buena salsa. Al usar este truco, los sabores de estos ingredientes se equilibran mejor, lo que resulta en una salsa más compleja y agradable. Además, al no tener que añadir tanto azúcar, se mantiene una opción más saludable.

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Tomates frescos / Foto: Unsplash

Es importante recordar que no debes excederte con la cantidad de bicarbonato, ya que podría alterar el sabor natural de la salsa. Añadir demasiado puede darle un sabor ligeramente metálico o jabonoso, lo que no es lo ideal. Lo mejor es ir poco a poco, probar y ajustar según sea necesario. Si después de añadir bicarbonato, sientes que la salsa necesita algo más de dulzura, puedes agregar una pequeña cantidad de azúcar, pero de forma controlada. En general, podemos decir que el bicarbonato de sodio es un gran aliado para mejorar la salsa de tomate. Es una solución simple para un problema común, y su uso permite obtener una salsa con un sabor más equilibrado, resaltando todos los ingredientes sin perder la frescura natural del tomate. Pero no solamente eso, sino que es un ingrediente que nos puede ayudar en muchas otras recetas de cocina caseras.