Los garbanzos son una legumbre altamente nutritiva, rica en fibra, proteínas vegetales, vitaminas y minerales como el hierro, el magnesio y el potasio. Estos nutrientes aportan múltiples beneficios, como favorecer la salud digestiva, estabilizar los niveles de azúcar en sangre y mejorar la salud cardiovascular. Además, su versatilidad en la cocina los convierte en protagonistas de platos como ensaladas y guisos tradicionales, especialmente en invierno.

El truco del bicarbonato para mejorar tus guisos

Un aspecto clave para disfrutar de los garbanzos es ablandarlos correctamente. El método tradicional consiste en dejarlos en remojo entre 8 y 12 horas antes de cocinarlos, permitiendo que absorban agua, se hinchen y se tornen más tiernos. Sin embargo, en ocasiones, el olvido o la falta de tiempo hacen que este paso no se lleve a cabo.

Existen muchas formas de preparar garbanzos / Foto: Unsplash

Para solucionarlo, nos podemos apoyar en un truco práctico y eficaz: usar bicarbonato de sodio. Este ingrediente acelera el proceso de ablandamiento al elevar el pH del agua, lo que descompone más rápidamente las fibras y membranas de los garbanzos. La cantidad recomendada es de un gramo de bicarbonato por cada kilo de garbanzos, mezclado con agua en el recipiente de remojo o cocción. Es fundamental no excederse en la dosis para evitar un efecto indeseado que pueda alterar el sabor o textura.

La cantidad recomendada es de un gramo de bicarbonato por cada kilo de garbanzos

Este método reduce significativamente el tiempo necesario para ablandar los garbanzos, llevándolo a unos 30 minutos durante la cocción. Además, se sugiere agregar una cucharadita de cúrcuma al agua mientras se cocinan. Este toque no solo realza el color anaranjado de los granos, sino que también potencia su capacidad para absorber sabores, logrando un plato más aromático y sabroso.

Garbanzos / Foto: Unsplash

Vigilar el proceso de cocción es crucial, ya que el bicarbonato puede acelerar tanto el ablandamiento que los garbanzos alcancen el punto ideal antes de lo previsto. Una vez cocidos, es importante enjuagarlos cuidadosamente para eliminar cualquier residuo de bicarbonato y garantizar un sabor limpio. Con este sencillo truco, se pueden disfrutar unos garbanzos tiernos y perfectamente cocinados, ideales para preparar platos como cocido madrileño, potajes o ensaladas. Este consejo no solo optimiza el tiempo en la cocina, sino que también mejora la experiencia gastronómica, haciendo de esta legumbre un imprescindible en las comidas de invierno, la época donde quizás es más fácil consumir alimentos como los garbanzos.