Tan solo 10 días después de ser cosechada, las patatas empiezan a germinar. Esto quiere decir que comienza el proceso de echar raíces, y por eso aparecen esos pequeños bultos blancos que crecen sin parar. Y sí, no necesitan tierra para eso. En un primer momento, esto no afecta a la patata y tan solo retirando esa parte es posible consumir este tubérculo sin problema. Esos pequeños bultos no afectan ni al sabor ni a la textura y, por supuesto, no ponen en riesgo la seguridad al comerla. Pero llega un momento en el que los brotes ya han crecido demasiado y por varios lugares y eso sí que empieza a pasar factura al producto. Además, suelen arrugarse y ponerse blandas debido a la falta de agua. En ese punto sí podemos dar la patata por perdida.

Trucos para conservar las patatas

Hay ciertos trucos caseros que ayudan a alargar la vida de las patatas. El primero que debes saber es que a las patatas no les gusta la luz, pero tampoco estar encerradas. Por eso, el lugar ideal para conservarlas suele ser la despensa, un espacio oscuro, pero en el que circula aire. También se llevan mal con la humedad y el frío, así que la nevera es el último sitio en el que deberías guardarlas. Por último, también es interesante saber que no son nada amigas de las cebollas, aunque una vez en el plato combinen de maravilla.

Trucos caseros para conservar las patatas / Foto: Pixabay

Si guardas las patatas junto a las cebollas, es muy probable que germinen antes. Por el contrario, la lavanda, el romero y la salvia ayudan a lograr el efecto contrario. Puedes empapar un paño con aceites esenciales y colocarlo cerca o, simplemente, colocar unas ramitas en la despensa. Así conseguirás la estancia mejor perfumada de la casa y las patatas más longevas.

Método científico

Estos trucos son válidos y eficaces a corto plazo, pero no tanto si tienes grandes cantidades y quieres que te aguanten mucho más tiempo. Hasta hace poco, había un producto que se utilizaba tanto por particulares como para quienes cultivaban y distribuían patatas. Se trataba del clorprofam, un producto químico con el que se rociaban las patatas una vez cosechadas y que ejercía de antigerminante. La Unión Europea prohibió su uso y no se comercializa desde enero del 2021. Desde ese momento, se apostó por medidas naturales más respetuosas con el medio ambiente, a la vez que seguras para el consumo humano.

Cuidado con los brotes de las patatas / Foto: Pixabay

Uno de los más recomendados es Flower Desecal. Se trata de un polvo 100% natural procedente de algas marinas que es rico en minerales como el calcio y el magnesio. Este producto ayuda al secado de la patata en su parte exterior, sin afectar a la humedad del interior, y así se logra que no aparezcan brotes. No deja olores ni aporta sabor y se ha convertido en la primera elección de todos aquellos que cultivan patatas de forma ecológica. El bote de 400 gramos cuesta poco más de cuatro euros y puede ayudar a la conservación de más de 350 kilos de patatas. Tan solo hay que espolvorear por encima las patatas y dejarlas en un lugar seco y oscuro hasta que quieras consumirlas.