La patata es uno de los productos más versátiles, con mayor legión de fans, con un precio más que asequible y disponible todo el año en todos los supermercados. Es complicado encontrar una casa en la que no tengan patatas (en ese caso seguro que lo tienen apuntado ya en la lista de la compra). Al igual que es difícil dar con un cocinero que no se haya encontrado con que ha pelado patatas de más o que le han sobrado patatas cocidas tras la preparación del plato que tenía en mente. Y es que, al igual que podemos hablar durante horas de los beneficios y virtudes de las patatas, también lo podemos hacer sobre lo fácil que es que se echen a perder.

Conservar las patatas cocidas y peladas

Este es el primer 'pero' que le ponemos a las patatas. El congelador es la primera solución para todo. Sobra un poco del guiso que se ha hecho para comer, táper y al congelador.  Sobra caldo, táper y al congelador. Me voy de viaje y tengo una lata de tomate frito abierta, táper y al congelador. Está de oferta el pollo y compro dos kilos de pechugas, lo mismo, táper y al congelador. Y así hasta que nos aburramos. Pero esto no pasa con las patatas, que no admiten el paso por el frío. El motivo es que la fécula se deshace al congelar y esto provoca un cambio en el sabor y la textura, volviéndose demasiado harinosa. En definitiva, nada agradable.

Patates / Foto: Pixabay
Conservar las patatas ya cocidas y peladas / Foto: Pixabay

En el caso de que las patatas estén ya peladas y partidas, no creas que está todo perdido. Un turco que funciona muy bien es meterlas en un recipiente con agua fría y un chorrito de zumo de limón. El limón evitará que se pongan negras, al igual que hace con otras muchas frutas y verduras, y es que ácido cítrico es un estupendo conservante natural que también se utiliza en la industria alimenticia. Importante cubrir el recipiente y guardarlo en la nevera. Eso sí, recuerda que esto es un truco provisional que te ayuda a salir de un apuro en un momento concreto, pero esas patatas en agua no deben estar más de un día esperando a que decidas qué hacer con ellas, o se echarán a perder.

Las patatas ya cocidas

Cuando te pones a cocer patatas pueden pasar dos cosas, que estés totalmente seguro de cuántas vas a utilizar o las eches a la sopera a boleo y luego te des cuenta de que te has pasado. Si eres más del segundo grupo aquí tienes un consejo, cuécelas siempre con piel.

Patates / Foto: Pixabay
Las patatas no admiten el paso por el frío / Foto: Pixabay

Su propia piel ejercerá de escudo protector y evitará que pierdan agua y se queden secas, por eso es siempre mejor cocerlas con piel, aunque el tiempo sea superior y pelarlas calientes sea un engorro. Si ya están peladas, solo debes dejar que se enfríen bien y guardarlas en la nevera en un recipiente hermético para que no absorban los olores de otros alimentos. Bien cerradas, podrán aguantar unos 3 días sin perder gran parte de sus propiedades.