La sensación de estar tirado en la playa, escuchando el sonido de las olas del mar y con cero preocupaciones es una de las cosas que más nos gusta en la vida... ¡Hasta que nos entra sed! Muchas veces, somos previsores y llevamos alguna que otra bebida de casa pero, en ocasiones, ni la nevera hace que se mantenga lo fresca que nos gustaría. Por ello queremos proponerte unos trucos para que puedas disfrutar de una bebida refrescante, estés donde estés y, lo mejor de todo, sin necesidad de tener que cargar con la nevera que a veces puede llegar a resultar muy pesada.
Hielo, agua y sal
Seguro que has ido a alguna fiesta en la que había una neverita con hielo para mantener las bebidas frías, ¿pero sabías que si echas un poco de sal en el recipiente el resultado es mucho más rápido y efectivo? De hecho, en menos de diez minutos las bebidas estarán perfectas para ser consumidas. La proporción de agua y sal tiene que ser como mínimo proporcional a una cucharada sopera de sal por bol de agua. Una vez hayas echado la sal, debes mezclar el hielo y el agua removiendo todo y, de esta manera, conseguirás que los hielos se derritan más rápido por el efecto de la sal, con lo que el agua bajará rápidamente de temperatura y se congelará.
En menos de diez minutos las bebidas pueden estar perfectas para ser consumidas
Poner la mitad de la bebida congelada
Añades la mitad de tu bebida preferida en una botella, la metes en el congelador y, antes de salir, añades el resto de la parte líquida que te había sobrado.
Con papel al congelador
La opción más habitual y socorrida, aunque no contemos con mucho tiempo para enfriar las bebidas, es introducirlas en el frigorífico o el congelador. ¡Seguro que lo has hecho más de una vez! Ahora, prueba a envolver la botella en papel de cocina mojado de forma que quede pegado a la botella o lata. Al introducirla al congelador, se congelará reduciendo a la mitad el tiempo necesario para enfriar la bebida.
Aire comprimido en espray
Estos espráis son los que se utilizan para soplar y limpiar algunos utensilios o incluso en la alta cocina. Si ponemos el espray boca abajo el contenido no saldrá, pero expulsará el gas a presión que contiene y que suele estar a temperaturas bajo cero. Si soplamos la lata después, podemos llegar a congelar la bebida en pocos minutos.
Hielo en la botella
Si escogemos una botella que contenga una boca ancha para añadir el hielo, conseguiremos que las bebidas tarden más tiempo en calentarse. Si no, también puedes recurrir a algo que parece evidente, pero muchas veces cometemos el error de hacer: Evita que la botella reciba de forma directa los rayos de sol. Este consejo es imprescindible para evitar que se caliente, así que no olvides protegerla del sol para que mantenga una temperatura agradable.