El trinxat de la Cerdanya es uno de esos platos tradicionales que despiertan recuerdos familiares, especialmente de las abuelas, quienes lo preparaban con cariño y, claro, con una técnica impecable. Aunque la receta básica parece sencilla, con col, patatas, y tocino como protagonistas, conseguir ese sabor auténtico y textura perfecta es todo un arte.

El truco para hacer el mejor trinxat de la Cerdanya

Ingredientes de calidad y paciencia en la cocción

Antes de entrar en el truco en sí, no podemos ignorar la importancia de los ingredientes. En la Cerdanya, se utilizan productos de la tierra, frescos y de temporada. El tipo de col que elijas es fundamental. Opta por una col verde rizada, que es la más tradicional, y asegúrate de que las patatas sean harinosas, ya que estas aportan una textura más suave al trinxat. Por supuesto, el tocino debe ser de calidad, preferiblemente panceta curada. El secreto para conseguir un trinxat auténtico como el de la abuela radica en cómo cocinas las patatas y la col. Aunque muchos tienden a hervir ambos ingredientes en la misma olla, este método no suele dar el mejor resultado. El truco está en cocer la col por separado y no hacerlo demasiado rápido.

La paciencia en la cocción es esencial / Foto: Unsplash
La paciencia en la cocción es esencial / Foto: Unsplash

Primero, debes hervir las patatas hasta que estén tiernas, pero no demasiado blandas. Lo ideal es que mantengan algo de firmeza para que no se conviertan en un puré cuando las aplastes. La col, por otro lado, necesita un hervor corto, de unos 10-12 minutos, para que se mantenga su textura ligeramente crujiente. Es importante escurrirla bien para que no aporte agua al trinxat, ya que esto podría hacerlo pastoso.

Deja que el trinxat forme una costra dorada en el fondo sin remover demasiado

El toque maestro, la fritura lenta; el toque final, sorpresa

Aquí es donde el trinxat cobra vida. Una vez mezclados los ingredientes, debes freírlos en una sartén con un generoso chorro de aceite de oliva. Y aquí llega el verdadero truco de las abuelas: la fritura debe ser lenta. No hay que tener prisa. Usa un fuego medio-bajo y deja que el trinxat forme una costra dorada en el fondo sin remover demasiado. Cuando esté bien dorado por debajo, puedes darle la vuelta, como si fuera una tortilla, para que se dore del otro lado. Este proceso lento permite que los sabores se fusionen y que el trinxat obtenga esa textura crujiente por fuera y suave por dentro, que tanto caracteriza a las versiones más tradicionales. Para rematar el plato, fríe los trozos de panceta o tocino aparte, junto con unos ajos laminados. Añade todo esto al trinxat en el último momento para que se integren los sabores.

La panceta es clave / Foto: Unsplash
La panceta es clave / Foto: Unsplash

Con este truco definitivo, lograrás que tu trinxat te transporte a esos recuerdos de infancia, como el que hacía tu abuela. ¡Buen provecho!