Los ñoquis, esos suaves bocados de masa de papa, harina y, a veces, huevo, son un plato italiano amado en todo el mundo. Tradicionalmente cocidos en agua hirviendo hasta que flotan, estos pequeños dumpings pueden presentar un desafío: a veces, quedan gomosos en lugar de tener una textura ligera y delicada. Para evitar este problema y lograr ñoquis crujientes y perfectos, un truco eficaz es pasarlos por la sartén después de hervirlos. Aquí te explicamos cómo hacerlo para obtener una textura ideal y un sabor excepcional.

El truco para que los ñoquis queden crujientes

El primer paso para asegurar que tus ñoquis no queden gomosos es prepararlos con la mezcla adecuada. Usa patatas harinosas, como las Russet, y asegúrate de cocerlas hasta que estén completamente blandas. Una vez cocidas, pélalas y haz un puré fino. Deja enfriar el puré antes de mezclarlo con harina y, si decides, un poco de huevo para ayudar a ligar la masa. La cantidad de harina debe ser suficiente para que la masa se mantenga unida sin volverse demasiado seca, ya que demasiada harina puede hacer que los ñoquis resulten densos y gomosos.

Ñoquis caseros / Foto: Unsplash

Forma los ñoquis con las manos en pequeñas bolitas o cilindros y, si lo prefieres, pásalos por un tenedor para crear una hendidura característica. Cocina los ñoquis en agua hirviendo con sal hasta que suban a la superficie, lo que indica que están cocidos. Luego, sácalos con una espumadera y déjalos escurrir bien. Aquí es donde entra el truco crucial: pasarlos por la sartén.

El truco del sartén: textura perfecta

Una vez que los ñoquis están hervidos y escurridos, el siguiente paso es dorarlos en una sartén. Calienta una sartén grande a fuego medio-alto y añade una pequeña cantidad de aceite de oliva o mantequilla. Cuando el aceite esté caliente, pero no humeante, añade los ñoquis en una sola capa. Es importante no sobrecargar la sartén para permitir que cada ñoqui tenga contacto directo con la superficie caliente.

Los ñoquis se pueden preparar con una variedad casi infinita de salsas

Deja que los ñoquis se doren sin moverlos demasiado, para que formen una capa crujiente en la parte exterior. Esto generalmente toma unos 3-4 minutos por lado. El resultado es un contraste encantador entre la textura exterior crujiente y el interior suave y ligero.

Ñoquis con tomate / Foto: Unsplash

Una vez que los ñoquis estén dorados y crujientes, retíralos de la sartén y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. Puedes servirlos con una salsa de tu elección, como una simple salsa de mantequilla y salvia, o con una salsa más elaborada de tu preferencia. Este método no solo mejora la textura de los ñoquis, sino que también les da un sabor adicional que complementa maravillosamente cualquier salsa. Para conseguir ñoquis crujientes y no gomosos, el truco es pasarlos por la sartén después de cocerlos. Este sencillo paso transforma la textura, añadiendo un toque dorado y crujiente que eleva el plato a un nivel superior.