Las patatas fritas son un básico tanto porque gustan a todos como por el hecho de que queden bien con cualquier plato. ¿Quién puede resistirse a unas buenas patatas fritas? De hecho, hay recetas que exigen unas patatas fritas y de no ser así el plato queda vacío, triste y sin ese toque que lo haría irresistible. Imposible comerse un filete sin su ración de patatas a su lado por no hablar de ese huevo frito que pide a gritos que se rompa su yema solo con una patata frita.

El truco del vinagre y las patatas fritas

La importancia de las patatas fritas ha quedado clara, pero ¿cómo son las patatas fritas perfectas? La inmensa mayoría de las personas afirmarán sin pensarlo mucho que una patata frita debe ser crujiente por fuera, pero jugosa por dentro. Y eso no es tan fácil de lograr, y cualquier cocinero podrá confirmarlo. Así pues, vamos a tirar de la sabiduría de expertos para dar con la receta que nos ayuda a lograr esas patatas fritas con las que soñarás varios días.

Patates fregides / Foto: Freepick
¿Cómo son las patatas fritas perfectas? / Foto: Freepik

Agua y vinagre: un ritual

Lo de meter las patatas peladas y partidas en agua es algo de lo que se ha hablado mucho. Así se logra retirar parte del almidón y ayuda a que luego tengan esa textura tan buscada. Los hay que apuestan por agua con sal, mientras que otros afirman que el truco es que el agua esté muy fría. Pero la ciencia ha hablado y los ingredientes que consiguen ese resultado tan deseado es el agua junto al vinagre y la sal. Así, una vez que tengas tus patatas cortadas en bastones más bien gruesos y uniformes, debes sumergirlas en un bol con agua y un chorro de vinagre junto a una cucharada de sal. Tras unos diez minutos se deben sacar y secar con papel absorbente para que al introducirlas en aceite muy caliente no salte.

Patates fregides / Foto: Freepick
Agua y vinagre, el truco final / Foto: Freepik

Además del truco del vinagre, hay que seguir ciertos pasos durante el cocinado para que este efecto sea todavía más potente. Este ritual consiste en el famoso “doble cocinado”. Así, dejaremos las patatas en el aceite caliente hasta que empiecen a dorarse. En este momento las sacaremos y las dejaremos escurrir bien unos 30 minutos. Pasado ese tiempo y con el aceite bien escurrido, volverán de nuevo a la sartén, pero en este toque final solo serán necesarios ocho minutos en aceite bien caliente. De nuevo toca escurrir bien y valorar si es cierto que este es el mejor truco del mundo para lograr las patatas fritas perfectas.

Opción airfryer

Si eres de los que ya no sabe vivir sin su freidora de aire, debes saber que esta receta también se adapta al electrodoméstico del momento. En ese caso, la cocción también se divide en dos partes y la diferencia será la temperatura, siendo primero de 140 grados y después subir a 180 grados. Al bajar la temperatura recuerda aumentar el tiempo total. Por lo que, si normalmente las dejas unos 25 minutos, con esta técnica tardarán una media hora en estar listas. El resultado nunca será el mismo, pero tampoco la cantidad de calorías, así que, si es para todos los días, apuesta por la sana de la airfryer y si es una ocasión especial, tira la casa por la ventana y llena de aceite de oliva la sartén.