No hay nada mejor para empezar el día que un buen bizcocho casero. O para una merienda con amigas. O como plan para entretener a los niños las tardes de invierno. Son muchas las razones por las que meterse en la cocina y preparar un bizcocho, pero siempre hay una que acaba arruinando el plan: pensar que no va a salir bien. Y es que, aunque se trata de una receta fácil, hay ciertos errores que se repiten y que dan como resultado un bizcocho seco, duro, crudo por dentro o soso.

Los trucos para que el bizcocho quede perfecto

Para que nada de esto vuelva a ocurrir, aquí van los cinco mejores consejos que he ido recopilando.

Utiliza los ingredientes a temperatura ambiente

Asegúrate de que huevos, leche y mantequilla (sobre todo este) estén a temperatura ambiente antes de mezclarlos. Esto ayuda a que se integren mejor, dando una textura más uniforme y esponjosa al bizcocho. También es muy importante en el caso del queso (por ejemplo, el mascarpone) o el yogur, que no esté muy frío.

Trucos para cocinar el mejor bizcocho / Foto: Freepik

Sustituye parte de la harina con harina de almendra o fécula de maíz

Reemplazar una pequeña cantidad (alrededor de un 10%) de harina por harina de almendra, por ejemplo, hace que el bizcocho quede más húmedo y con una textura tierna. También es interesante añadir un poco de yogur, con un par de cucharadas, ya notarás el resultado. Así, la mezcla aumenta la humedad y le da una textura más suave y esponjosa, además de aportar un toque de acidez que equilibra el dulzor.

Deja reposar la masa unos minutos antes de hornear

Permitir que la masa repose unos 10-15 minutos antes de llevarla al horno ayuda a que la harina absorba bien los líquidos, mejorando la textura final y ayudando a que el bizcocho suba de manera uniforme. Así que olvida lo de empezar a precalentar el horno como primer paso y enciéndelo cuando la masa ya está lista.

Deja reposar la masa unos minutos antes de hornear / Foto: Freepik

Enfría el bizcocho boca abajo

Una vez que saques el bizcocho del horno, enfríalo boca abajo sobre una rejilla si es posible (para bizcochos sin decoración ni cobertura). Esto evita que se hunda en el centro y asegura una miga más uniforme. Sé que las ganas de probarlo son infinitas, pero si se logra esperar un poco más, ese esfuerzo se notará en el resultado final y valdrá la pena.

Evita abrir el horno durante la cocción

Abrir la puerta del horno antes de que el bizcocho esté casi listo puede hacer que se baje o se cocine de forma desigual. Solo abre el horno cuando hayan pasado al menos dos tercios del tiempo de cocción. Y recuerda comprobar que el centro está cocinado con un palillo largo o, si no tienes, con un cuchillo. Si la punta sale seca, el bizcocho está en su punto. Si, por lo contrario, sale húmeda, necesita unos minutos más. Y recuerda los básicos: en la repostería nada es a ojo y forrar bien el molde es la única garantía de que no se rompa al sacarlo.