Cortar el queso adecuadamente no solo facilita el consumo, sino que también resalta el sabor, el aroma y la textura, aspectos esenciales para disfrutar al máximo. Cada tipo de queso tiene características únicas que dictan la forma ideal de cortarlo, dependiendo de su consistencia, tamaño y forma. Ya sea para una tabla de quesos o una reunión especial, dominar esta técnica no solo impresiona, sino que también es un gesto de respeto hacia el producto y los que disfrutan. Así pues, en el capítulo de esta semana el copropietario de Llet Crua, Xevi Miró, nos muestra cómo cortar correctamente cada tipo de queso con el fin de dominar las técnicas y no estropearlos.


No hay una respuesta única y es que "diferentes quesos, diferentes maneras de cortarlos", dice Xevi. En primer lugar, atacamos los quesos más grande. En las queserías lo que hacen es irlo cortando en trozos hasta que haga unos 10 centímetros y, posteriormente, se cortarán rebanadas en forma de palos o dados pequeños. A continuación, encontramos los quesos blandos y grandes. "Los cuchillos de agujeros o ventanillas son los óptimos para este tipo de quesos", revela. Por ejemplo, el brie lo cortamos desde la mitad y que coja un poco de corteza y un poco de queso. "Queremos que el comensal pueda probar las diferentes partes del brie, porque se trata de un queso que va evolucionando de fuera hacia adentro, de esta manera tendrá todos los envejecimientos", se sincera Miró.

Para aprender a cortar quesos hay que tener en cuenta el tipo, ya que las normas son diferentes según el queso del que hablamos

Los quesos cuadrados. Estos los cortaremos por la mitad y, a partir de aquí, lo dividiremos en triángulos más pequeños. De esta forma, podemos probar diferentes estadios de maduración con toda la variedad de sabores y fases de maduración. Seguidamente, los quesos redondos tipo el manchego o el serrat. Lo ideal es cortar la porción que nosotros queremos degustar y ponerlo en posición horizontal, sacarle la primera y última capa y, posteriormente, servirlo en triángulos a los comensales que vengan a casa a comer. Finalmente, los quesos curados, como por ejemplo el parmesano. "Yo con estos no me complico mucho la vida y con una pala hago piedrecitas y sirvo de forma orgánica", explica.

El consejo revelador final es qué servir, en primer lugar, a un comensal con quien queremos quedar muy bien. "La respuesta es la punta del queso brie porque según las normas de etiqueta francesa esta es la mejor parte del queso y darlo es un acto de extrema generosidad que nos deja en muy buen lugar", concluye el experto en quesos.