En casa o en el restaurante, muchas recetas necesitan zumo de limón u otros cítricos, y la gran mayoría a veces, la cantidad de zumo por peladura utilizada no coincide. Lo que nos queda es casi el 50% de la pieza de fruta yendo a la basura. Sin embargo, ¿y si en lugar de mirarlas como residuo, cambiamos el punto de vista y las miramos como un subproducto útil y absolutamente delicioso?
¿Limoncello o licor de limón?
Hay mil maneras por aprovecharlas: desde hacer infusiones, aromatizar caldos, vinagretas, kombuches, vinagres, recetas dulces y saladas... Hoy, sin embargo, os traemos una de las recetas preferidas en el restaurante y en casa: licor de limón, una bebida inspirada en el conocido limoncello italiano.
Limoncello es un licor originario del sur de Italia, particularmente famoso en la costa Amalfitana donde los limoneros son abundantes. Según dicen, es el segundo licor más popular en Italia, justo detrás del Campari, y normalmente se sirve después de las comidas como digestivo.
La receta que propongo hoy es extremadamente sencilla, pero necesita paciencia, ya que al ser una infusión en frío, necesita tiempo para infusionarse como Dios manda. Tardará dos semanas a ser terminado, así que paciencia... ¡Y manos en la obra!
Ingredientes
- 500ml de vodka
- Peladuras de 4-5 limones
- 150ml de agua
- 150g azúcar
Receta paso a paso
Empezamos pelando los limones, con cuidado de no llevarnos la parte blanca bajo la peladura, que daría un sabor extra amargo al licor. Pondremos las peladuras en una tarro de cristal que tape bien, y las cubriremos con el vodka. Las dejaremos infusionar una semana, agitando el tarro (bien cerrado) cada día.
Con el azúcar y el agua, haremos un almíbar. Poned el azúcar y el agua en un cazo, y calentad hasta que el azúcar se haya deshecho completamente mientras removemos con unas varillas.
Al cabo de una semana, abrid el tarro, añadís el almíbar, y volvéis a tapar, repitiendo exactamente el mismo proceso que la semana anterior.
Al cabo de dos semanas, colad el licor de las pieles. Corregid con almíbar hasta el punto de dulzura que más os guste.
¡Una vez el licor de limón esté acabado, haced mil y una recetas con él! Bizcochos y pasteles, helados, mousses, vinagretas para aliñar pescados y ensaladas, cocktails variados... ¡Lo que os apetezca! Lo más fácil sin embargo: servid por ejemplo sobre una bola de sorbete de limón, o en un vaso con un cubito. ¡Y a disfrutar!