El consumo de pescado es una parte integral de una dieta saludable debido a su alto contenido en proteínas, ácidos grasos omega-3 y otros nutrientes esenciales. Sin embargo, la presencia de mercurio en muchas variedades de pescado ha suscitado preocupaciones significativas sobre la seguridad alimentaria y la salud pública. Este metal pesado, que puede ser particularmente tóxico para los humanos, se acumula en el medio ambiente y entra en la cadena alimentaria principalmente a través de la contaminación industrial. Recientemente, un informe de la ONG BLOOM ha descubierto que todas las latas de atún analizadas contienen mercurio, un neurotóxico que se acumula en los tejidos de estos peces. En concreto, más de la mitad de las latas analizadas en Alemania, Francia, Italia y Espanya (57%) superaron la concentración máxima permitida de mercurio para productos del mar (0,3 mg/kg).
La Organización Mundial de la Salud clasifica el mercurio entre las diez sustancias químicas más peligrosas para la salud pública, y la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer lo considera un posible carcinógeno. La exposición regular, incluso en pequeñas dosis, podría tener consecuencias graves, especialmente para el desarrollo cerebral de fetos y bebés pequeños. El estudio se llevó a cabo en varios países europeos, incluyendo Alemania, Francia, Italia y Espanya, donde se analizaron muestras de latas de atún vendidas en los principales supermercados.
En el caso de Espanya, las muestras mostraron niveles de mercurio preocupantes, lo que resalta la necesidad urgente de adoptar medidas de seguridad más estrictas en la comercialización de estos productos. Aunque el atún es uno de los pescados más contaminados con metales pesados, sigue siendo el más vendido en Europa. Por esta razón, BLOOM solicita a los supermercados de estos países que retiren de sus estanterías los productos de atún con niveles de mercurio superiores a 0,3 mg/kg, que apliquen estándares más rigurosos, cesen la promoción de estos productos e informen a los consumidores sobre los riesgos asociados.
¿Cómo se acumula el mercurio en el pescado?
El mercurio se libera al medio ambiente a través de varios procesos, incluidas las emisiones industriales, la quema de carbón y la actividad volcánica. Este mercurio atmosférico se deposita en los océanos, lagos y ríos, donde se convierte en metilmercurio por la acción bacteriana. El metilmercurio es fácilmente absorbido por los organismos acuáticos y se acumula en los peces y mariscos a medida que sube en la cadena alimentaria, un proceso conocido como bioacumulación.
Los peces más grandes y de vida más larga, como el pez espada, el tiburón, el atún y el mero, tienden a tener los niveles más altos de mercurio debido a su longevidad y su dieta carnívora. Por otro lado, especies más pequeñas y de vida más corta, como el salmón, las sardinas y la trucha, generalmente poseen niveles más bajos de este contaminante.
Riesgos para la salud por el mercurio
La exposición a niveles elevados de metilmercurio puede tener efectos adversos en la salud, especialmente en mujeres embarazadas, lactantes y niños pequeños. En el feto y en los niños, la neurotoxicidad del mercurio puede influir negativamente en el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso. En adultos, la exposición alta puede afectar la función cognitiva, la memoria, la atención, el lenguaje y las habilidades motoras finas. También se ha asociado con mayores riesgos de enfermedades cardiovasculares en personas que consumen habitualmente pescados con alto contenido de mercurio.
Este metal pesado, que puede ser particularmente tóxico para los humanos, se acumula en el medio ambiente y entra en la cadena alimenticia principalmente a través de la contaminación industrial
Recomendaciones para un consumo seguro
Dada la importancia del pescado en una dieta equilibrada, no se aconseja eliminarlo completamente, sino elegir sabiamente las especies que se consumen:
- Preferir peces con bajo contenido de mercurio: Optar por especies como el salmón, la caballa atlántica, las anchoas y la trucha arcoíris.
- Limitar el consumo de especies de alto mercurio: Reducir la ingesta de tiburón, pez espada, mero y atún blanco, especialmente mujeres embarazadas y niños.
- Variar las especies consumidas: Diversificar el tipo de pescado en la dieta ayuda a minimizar los riesgos de acumulación de mercurio.
- Consultar las recomendaciones locales: Estar atento a las advertencias sobre la pesca local, ya que algunas aguas pueden estar más contaminadas.