¡Hola hola gourmeters! Hoy he hecho una cena de estas que recordaré durante mucho tiempo por unos platos sorprendentes, productazo, sabores increíbles y un equipo humano de 10. El Teòric taverna gastronòmica tiene 8 añitos de vida y su concepto de slowfood hace de la cocina catalana un nuevo concepto, pero siempre respetando la tradición y el producto. Oriol Casales y Teo Rubio, que son el alma de este restaurante, conocen personalmente a todos los productores con los que trabajan, solo sirven vinos catalanes y ecológicos y se encargan, no solo de hacer disfrutar al comensal, sino también a sus trabajadores.
Me encanta que Oriol me explique que trabajan con dos turnos y menú degustación porque así respetan la conciliación laboral (aunque admite que la idea del menú degustación también surgió porque los clientes siempre se dejaban recomendar y sorprender en lugar de escoger). El Teòric taverna gastronòmica ofrece dos menús degustación: una opción de 10 platos a 47 euros y una versión uno poco más larga, con 13 platos a 62 euros. Ya os adelanto que os dejará de piedra que por este precio podáis probar unos platos tan pensados y cuidados. ¡Vamos, basta de charleta y a comer!
El curioso origen de algunos platos del Teòric
Empezaremos con una oliva gordal rellena de una gelatina de vermú, el mismo vermú que nos estamos tomando, y con unas rebanadas de pan con aceite de oliva de Garriguella. El pan está demasiado bueno y por más que nos han ofrecido repetir hemos tenido que decir que no para no atiborrarnos antes de tiempo. El primer entrante es una piel de bacalao deshidratada y frita, con el lomo del bacalao hacen una brandada y con la gelatina del pescado un pil-pil de ajo negro. Se come de dos mordiscos.
Continuamos con una coca, un entrante que siempre está a la carta del Teòric en diferentes versiones. Oriol me recuerda que la coca es muy representativa de los Països Catalans y me explica que el libro de cocina medieval Sent Suví les ha ayudado a idear este plato y algún otro. Por ejemplo, la coca que nos hemos comido lleva bimi, yema de huevo y salsa almadroch, una salsa de origen medieval. ¿Por cierto, sabíais que el libro Sant Suví es un recetario de cocina medieval, de autor anónimo y escrito en catalán? Se trata de una fuente histórica fundamental que permite averiguar la historia de la alimentación y los orígenes de la gastronomía catalana.
Turno para una croqueta que es como dar un mordisco a la Navidad. Está hecha con pollo asado y lleva una salsita de ciruela y de orejón, es o no es el plato que se come en Navidad en las casas catalanas hecho croqueta? Ya os digo que sí, está exquisita. Seguidamente, llega a la mesa un crujiente de piel de pollo con un tartar de gamba de la lonja de la Barceloneta, proximidad 100%, ya os lo decía al principio.
Platos preciosos y sabores inolvidables
Cogemos ya los cubiertos para comernos un jurel con escabeche de zanahoria, mini zanahoria morada, mostaza encurtida y brotes de mostaza. De verdad que es un plato precioso y una explosión de sabores en boca. Ahora que por explosión de sabores también la que produce la col a la brasa con una salsa bearnesa, huevos de trucha del Pirineu y hojas de estragón; nunca la col me había causado tanta alegría, si fuera siempre así se me podría acostumbrar a comer col una vez a la semana. Probamos también una alcachofa rellena de espuma de calçot a la brasa y con una salsa de calçot que solo lleva avellana (cuidado que no es la misma que el romesco) y un suquet de salmonete con una salsa de galeras, un plato de sabor potente.
Veréis que el logo del Teòric taverna gastronòmica es un divertido híbrido entre gamba y gallo, un mar y montaña, como esta escudella con langostinos, setas y unos tallarines hechos con sepia que nos zamparemos ahora mismo. El caldo es denso, pero no se hace nada pesado, y los fideos de sepia son muy divertidos de comer. Todavía faltan dos platos de carne (no sufráis que por más que sean muchos platos las porciones son equilibradas y no acabaréis con dolor de estómago): una pelota de cordero con trufa acompañada de trinxat y unos pequeños medallones de daina tiernísimos.
Los postres están al nivel del resto de platos y son el colofón de una cena maravillosa. Empezamos con unos postres con mandarina, que llevan una crema, un gel y un sorbete, y un coulant de almendra, llegada directamente del País Valencià, acompañado de un helado de leche merengada. Los dos son muy buenas, pero este coulant extremadamente cremoso se lleva la palma. El Teòric taverna gastronòmica es visita obligada para todos aquellos amantes de la buena cocina catalana; tanto la tradicional como la reversionada. ¡Gracias por esta comida maravillosa! ¡Hasta pronto, gourmeters!