Escondido en la cara norte del Montsec, junto a la cuenca de Tremp, encontramos el valle de Barcedana, uno de los rincones más desconocidos del Pirineo de Lleida. Justo en medio del valle hay Casa Roca, una casa de turismo rural y gastronomía tradicional que da alojamiento y comida a los visitantes que se acercan. Una casa del siglo XV con una historia centenaria que mantiene la tradición de generaciones pasadas con una calidad excelente y un trato cálido, cercano y casero. Hasta allí se desplaza nuestro corresponsal Jonathan Nuevo, más conocido como Esmorzarsdeforquilla.cat, para descubrir la propuesta gastronómica del espacio y una comida excelente para hacer en medio del enclave.
Con un menú de mediodía que ronda los 30 € y que incluye entrantes, primero, segundo, postres y vino de nueces, la comida de Casa Roca es auténticamente casera. Una comida con producto de primera calidad que se disfruta en el comedor de casa de los propietarios. Comer en casa Roca se parece más a comer en la casa de los vecinos del pueblo que en un restaurante. Una experiencia inmersiva que no se encuentra en muchos sitios.
Los platos que ofrecen en casa Roca son de temporada, con muchas recetas hechas con productos de su huerto y de sus árboles frutales
La casa tiene una almazara de aceite pequeña y una de vino grande. Unos equipamientos, ya obsoletos, que son el legado de la tradición agrícola del territorio. El valle de Barcedana es un entorno donde tradicionalmente se ha cultivado uva y olivas que se procesaban en almazaras como los de Casa Roca. Aunque las innovaciones tecnológicas han hecho que estas herramientas hayan pasado a ser reliquias, el producto de proximidad sigue siendo una realidad en el restaurante. Los platos que ofrecen en casa Roca son de temporada, con muchas recetas hechas con productos de su huerto y de sus árboles frutales. Fruta y verdura de la máxima proximidad, cogida del patio y servida directamente al plato.
El espacio más emblemático de Casa Roca, sin embargo, es el fuego de rongle que preside la estancia. Se trata de un fuego único en los Pirineos que se utilizaba de brasa y como calefacción, situado en medio de la sala y con el techo como chimenea.
Una comida excelente
El menú de Casa Roca empieza con unos entrantes de la casa: embutidos de toda la vida y queso de tupina. A continuación una deliciosa escudella con pelota, un plato tradicional como ningún otro, seguido de una mejilla de cerdo con cebolla y grosella. Un plato suculento que haría las delicias de cualquier persona. Para acabar la comida, un yogur con confituras del bosque de Casa Roca.
Las mermeladas y confituras del local las hacen ellos mismos de manera casera. Josep Maria, Mònica y sus tres hijos (Francesc, Gerard y Marta) son los encargados de sacar adelante este proyecto, en un pueblo de 12 habitantes, Sant Martí de Barcedana, en el que tradición, proximidad y cocina casera son su símbolo de identidad.