¡Hola hola gourmeters! Prometí experiencias gastronómicas y hoy os traigo una de lo más original. Estoy segura de que si nos ponemos a hacer apuestas podría apostar a que si pregunto a 10 personas cuál es su comida favorita, tres, como mínimo, me dirán que son las croquetas. Lo entiendo, la croqueta se puede encontrar en todas partes, desde un bar de carretera sencillo a un restaurante de estrella Michelin, y mucha gente coincidirá conmigo en decir que si un local hace buenas croquetas, con mucha probabilidad hará buenos el resto de platos. Las croquetas nos evocan a la infancia a las abuelas haciendo estas bolas de masa cremosas con las sobras del pollo asado del domingo, aunque con los años podemos encontrar croquetas de infinidad de sabores. Y es que esta es la gracia de este alimento, se puede encontrar de muchas formas, sabores y texturas, saladas y, sí, dulces (no os asustéis, todo terminará teniendo sentido).
Hoy os llevo a uno de los templos de las croquetas de Barcelona, el Croq & roll, un local que, aparte de una selección bien completa de entrantes, destaca por la amplia variedad de croquetas. El restaurante, que tiene una decoración muy sencilla, no es pretencioso y es en si una oda a este alimento; en todos los rincones se encuentran referencias a estas bolas deliciosas. Un vistazo a la carta, venimos con unas ganas locas de acabar con dolor de barriga de tantas croquetas, pero antes prepararemos el estómago con un par de entrantes.
El Croq & roll nos ofrece escoger entre patatas bravas, de boniato o clásicas, nos decidimos por las de toda la vida. Cuando he visto la salsa, desconfiada como soy a veces, he pensado que era un tomate sencillo con un poco de guindilla, pero por dentro he pedido perdón después de probarlas. Lo que yo me pensaba que era una simple salsa de tomate es un alioli de chile picante con un toque dulzón de miel, muy buenas. También compartimos un brioche con tartar de atún, salsa takoyaki (típica de Japón), chalota picada, guacamole y salsa de lima y cilantro.
El 'perfect bite' convertido en croqueta
Ponemos fin a la previa. Me desabrocho el botón de los pantalones, por si acaso, que las croquetas ya están aquí. La carta que ofrece el restaurante es de más de 25 sabores, no los probaré todos pero sí una buena selección. Empezamos con la croqueta XL de 'vacío' de ternera con patatas al horno y mayonesa de chimichurri, de verdad que cuándo lo he mordido tenía la sensación que con un tenedor había cogido un poco de carne y un poco de las patatas de la guarnición (lo que se conoce como un 'perfect bite', un mordisco perfecto) y me lo había puesto todo junto en la boca. La croqueta de pollo al curry, que quizás esta es más fácil de encontrar en otros restaurantes, también está muy buena, tiene este toque dulce del curry indio. Otra que es fácil de encontrar, pero no por eso es menos especial, es la de sobrasada y queso de Mahón; una combinación menorquina que no falla nunca. Y una de mis preferidas y más originales, en mi opinión: croqueta XL de butifarra con aluvias y alioli, os prometo que la croqueta tenía la textura de la aluvia, me ha parecido súper especial.
Veo que en la carta pone que hay croqueta de bikini, aquí me he dejado llevar por la emoción, porque me ha parecido que era una croqueta de jamón dulce y queso normal. No sé qué me esperaba, evidentemente está muy buena, pero llama más la atención el nombre que la croqueta. La siguiente sí que me ha encantado, croqueta de cerdo con cerveza y pistacho, el sabor del pistacho se nota, y como buena amante del fruto seco que más está de moda, seguro que la volveré a pedir cuándo vuelva. Pasamos a las croquetas vegetarianas: croqueta de queso de cabra con cebolla caramelizada y nueces, un sabor potente y croqueta con berenjena y miel. Todavía me queda espacio, así que probaré una de las de pescado: me decanto por la croqueta XL de calamar en su tinta y mayonesa de lima y cilantro, que le da el 'punch' que la hace especial.
Croquetas dulces, un 'sí' definitivo
Y ahora sí que sí, los postres. Le pongo emoción porque ya sabía, antes de venir al restaurante, que en la carta encontraría croquetas dulces. Como ya he dicho, desconfiada como puedo ser, las he pedido para poder decir: "Qué tontería, croquetas con chocolate". Pues no lo puedo decir, qué invento más bueno que es freír una masa dulce con este punto aceitoso que hace pensar en unos churros. No he probado todas las opciones dulces, he seleccionado tres: croqueta de Kinder bueno con salsa de chocolate blanco, croqueta de crema de donut y oreo con salsa de caramelo y croqueta de mascarpone con nutella y avellanas caramelizadas, esta última me ha robado el corazón.
Y ahora seguramente pensaréis que ya he comido suficientes croquetas durante una temporada, pero os equivocáis. Me ha encantado descubrir el Croq & roll y su extensa carta de croquetas, y ya estoy intentando engañar a alguien para que me acompañe a probar las que me faltan. El Croq & roll tiene dos locales en Barcelona: uno en la calle de Villarroel, 140 (el que he visitado yo) y el otro en travessera de Gràcia, 233. Por cierto, si sois perezosos también os las traerán a casa. ¡Hasta otra!