En las grandes ciudades hay muchos sitios para disfrutar de un buen desayuno de tenedor, pero en el interior de Catalunya, en este caso en la comarca de la Segarra, también encontramos localidades con restaurantes excelentes donde ir a hacer un desayuno como dios manda. En Sant Guim de Freixenet, Anna y Paco regentan la braseria Alzina, un santuario de la buena cocina que, además de ser amado por la gente de la comarca, también está recomendado con un Solete en la Guía Repsol. Hasta allí se desplaza Jonathan Nuevo, más conocido como @esmorzarsdeforquilla.cat, para descubrirnos este apasionado espacio de la gastronomía de nuestro país.
La braseria Alsina abrió puertas el año 1999 y desde entonces ofrece cocina catalana muy bien elaborada. Con platos contundentes, algunos más clásicos y de otros más imaginativos (pero siempre basándose en la cocina tradicional), Anna y Paco son embajadores de los productos que les da la tierra en su entorno. Utilizan ingredientes de proximidad en sus recetas y alimentan a los amantes de los desayunos de tenedor, pero sobre todo a la gente que busca un buen sitio donde comer. Porque en la Alsina se puede desayunar, pero sobre todo se va a almorzar.
Uno de los platos más espectaculares es la pata de pulpo a la brasa con huevos estrellados, jamón y patatas caseras. Una receta que combina diferentes ingredientes tradicionales para conseguir un resultado del todo único. También preparan el tocino ibérico a baja temperatura con reducción de vino, parmentier de boniato y miel de proximidad, una delicia melosa que se deshace en los labios.
En un buen desayuno de tenedor no puede faltar nunca el capipota, el clásico de clásicos de la primera comida del día. En este caso, un capipota suculento que se tiene que comer, obligatoriamente, con pan. Bueno, puedes no pedir pan, pero la gracia de este plato es mojar hasta que quede todo bien limpio.
Pero no todo son guisos y carnes contundentes; un desayuno de tenedor como dios manda tiene que incluir postres. El músico o la crema catalana son dos de los postres más tradicionales y habituales. Dos opciones sin duda deliciosas, pero en la Alzina van un poco más allá y preparan diferentes pasteles caseros y artesanos para maravillar el paladar de los más sibaritas. Una combinación que incluye sabores como la galleta o el pistacho.
Para rematar el desayuno, los más valientes pueden tomar un carajillo o un chupito, pero lo más importante para hacer un desayuno como dios manda es disfrutarlo al máximo con la gente que amas. Un local como la braseria Alzina es ideal para disfrutar de la cocina catalana tradicional, con productos de la tierra y un trato cercano y amable de un equipo muy trabajador.