¡Hola hola gourmeters! Antes de que aparezca el 'hate' y los puristas que dicen que nunca se tendría que versionar la escudella, el más catalanísimo de los platos de nuestra cultura gastronómica, pido que se me dé una oportunidad de explicarme. Acompañadme a cenar a una fonda, a degustar platos tradicionales, pero nada convencionales. Paco Benítez y Pedro Baño son los artistas encargados de los fogones de Fonda Pepa, en el barrio de Gràcia de Barcelona, y de dos cocineros que han pasado por cocinas como la del Caelis o el famosísimo Noma en Dinamarca, solo puede salir un local exitoso como este. La carta es corta, pero solo la miraré por curiosidad, me gusta todo así que me dejo asesorar como siempre. Ya me advierten que no me enamore mucho de ningún plato porque la mayoría cambian, ya que en Fonda Pepa se da mucha importancia al producto de temporada, pero algún clásico como la croqueta de jamón y pollo asado, por suerte, no desaparece.


El local es pequeño, pero esconde una joya: un patio interior, con una decoración sencilla pero acogedora, que es ideal para el verano y también para el invierno, ya que hay estufas que lo mantienen a muy buena temperatura. En el interior llama la atención una barra larga con baldosas verdes que hacen una bonita cenefa y el techo con las vigas descubiertas, hecho que le da aire de taberna. Las mesas son de estas antiguas, de mármol arriba y una barra enel medio ideal para poner los pies, la cocina es completamente abierta y los platos son Duralex (no me he llevado ninguna a casa porque ya le robé alguno a mi abuela). Vamos, llenemos la copa de un vino buenísimo de Tarragona, el Petita Julieta, y empecemos!

Los ñoquis de Fonda Pepa

Los ñoquis más suaves del mundo

Arrancamos la cena con dos croquetas deliciosas y suaves que entran en un top alto de mi ranking de croquetas. No se complican con el sabor, una mezcla de jamón y pollo asado, así, la textura combina la cremosidad de la croqueta de jamón y esta pizca de filamento que tiene la croqueta de asado. Aprovechamos que Fonda Pepa competirá a finales de mes en el 'Cheese Chef's Challenge', una competición culinaria donde 10 reconocidos restaurantes barceloneses lucharán por elaborar el mejor plato con el queso suizo Tête de Moine AOP, para probar su propuesta. La propuesta de Pedro y Paco (de aquí viene el nombre de Pepa) es un infladito hecho con una 'tortilla' mexicana, de donde es Paco, con tomate en conserva y anchoa. Encima trae una crema de queso y al lado una flor de Tête de Moine. El plato es una fusión catalano-mexicana, ya que combina la 'tortilla' con el tomate y la anchoa que perfectamente podrían estar encima de una buena rebanada de pan.

Llegan a la mesa unas bolitas de placer que seguro que hacen las delicias de todos los que las prueban: los ñoquis más suaves y diferentes que he probado. Estos ñoquis son diferentes porque no llevan harina, por lo tanto, la bolita es solo patata, llevan  queso y una 'beurre blanc' de levadura tostada. Ahora os explico de qué va esta salsa maravillosa: una 'beurre blanc' es una salsa elaborada con mantequilla que se añade a una reducción de vino blanco, y en la Fonda Pepa la hacen con levadura fresca, que le da un sabor tostado y mucho umami. El último de los entrantes son unas manitas de cerdo deconstruidas, donde se come todo, y es crujiente por fuera y gelatinoso por dentro. Los pies llevan una mayonesa picante para contrarrestar la grasa del plato y un acompañamiento de nabo y chirivía. Finalmente, todo está regado con una salsa ligera, tirando a un caldo, que me hace pedir una cuchara para no dejar ni una gota.

Las manitas de cerdo de Fonda Pepa

Reinventar la escudilla, sí, siempre que sea con tanta clase

Ahora vamos a hablar de un invento de estos que de entrada suena a locura, pero ya he advertido que es espectacular. Paco nos ha preparado un arroz de escudella. Sí, y solo puedo hacer que animaros a ir a probar esta deliciosa creación que no tiene nada a envidiar a una paella de pescado. La cazuela llega humeando a la mesa con una capa finita de arroz y con unos trozos de butifarra negra encima, el arroz está hecho con un sofrito con la col con la que se hace el caldo de la escudella y de vez en cuando aparece algún trozo. El arroz está suelto y el 'socarrat' está perfectamente caramelizado, además, de vez en cuando aparecen unos trocitos de lo que diría que es oreja de cerdo. No se puede ir a la Fonda Pepa y no probar este señor plato.

Arroz de escudella

Acabaremos con un pastel de queso que me lo llegan a traer de entrante y me lo hubiera comido sin ni pensar que eran unos postres. Este final de fiesta es más queso que pastel, y se elabora con queso Bucarito, de Cádiz, y está curado con romero. Es muy cremoso y recomiendo guardar un poquito de vino para acompañarlo. Fonda Pepa es uno de aquellos restaurantes donde saldrás pensando que has probado una cocina excelente, con platos originales, y siempre con un gran respeto por el producto de temporada. ¡Volveremos! ¡Hasta otra, gourmeters!