En una época en la que el turismo de montaña sustituye el turismo de playa, la ciudad de Girona se erige en un reclamo para el público local e internacional durante todos los días del año. Pasear por Girona, por el Barri Vell, el puente rojo, los callejones con su magia cautivadora y, por descontado, probar la oferta gastronómica de una ciudad que cuenta con un potencial altísimo. Hasta la capital gerundense se desplaza nuestro asesor gastronómico, Jordi Àvila, para descubrirnos un restaurante de cocina de temporada y proximidad en Girona.

 

Se trata del restaurante Dit i Fet, donde el protagonista es el producto que ofrece el entorno, cuidando el más mínimo detalle cada elaboración, aplicando técnicas e ideas actuales en los platos de siempre. Liderado por Adrià Edo en los fogones y Júlia Trota en sala, forman un equipo apasionado por la gastronomía, donde cada pieza del rompecabezas es clave para brindar una experiencia culinaria excepcional a cada uno de los comensales.

Tartar de vieiras, salsa de oliva "manzanilla" y piparra / Foto: Jordi Àvila

Dentro de la sencillez, la propuesta de este dúo gastronómico permite redescubrir sabores que han quedado en el olvido. Se encuentra cocina de producto, cocina de cuchara, cocina catalana con miradas a la cocina de la península. "Entendemos que son tan importantes los platos como el hecho de casarlos con un buen vino, es por eso que contamos con una amplia propuesta de vinos de todo el mundo", apuntan para los más apasionados del buen beber.

Magret de pato curado con salsa de pato a la naranja y panocha a la brasa / Foto: Jordi Àvila

En su visita, Jordi Àvila se ensucia las manos para probar un poco de todo e impregnarse de la grandiosa calidad del Dit i Fet. Unas croquetas de cola de ternera de Girona o la gilda (3 € y 4,5 € la unidad, respectivamente) dibujan la alfombra roja que nos introduce en una carta que refleja la historia de la ciudad gerundense del pasado, pero también del presente.

Tortilla cremosa de gamba de Palamós / Foto: Jordi Àvila

¿De los principales, qué decir? Compromiso, talento y sabores estratosféricos. El tártaro de vieiras, salsa de oliva "manzanilla" y piparra, el planchado de manitas de cerdo, níscalos y Comté, la berenjena escalivada, vinagretas de sésamo, mostaza y miel, hierbas mediterráneas, piñones y crema ácida son tres platos interesantes que resuelven a la perfección.

Pastelito de almendra con helado de limón / Foto: Jordi Àvila

Pero no solo hay eso. No podemos hacer una reseña del Dedo y Hecho sin mencionar la tortilla cremosa de gamba de Palamós y el magret de pato curado con salsa de pato a la naranja y panocha a la brasa que hacen las delicias de cualquier paladar. Por último, unos postres buenísimos a base de un pastelito de almendra con helado de limón. El horario del restaurante es de 9.30 a 17 h y de 19.30 h hasta las 00.30 h. El horario de la cocina oscila desde las 13 h a las 15 h y de las 20 h a las 22.30 h de jueves a lunes. El martes y miércoles cierran.