Un restaurante mexicano tendrá tacos a la carta, así como un japonés tendrá una carta rellena de sushi. O un establecimiento italiano incluirá una alta carga de pizzas y platos de pasta. Por lo tanto, un restaurante de cocina catalana ubicado cerca de Lleida y especialista en los desayunos de tenedor tiene que tener a la carta sí o sí caracoles a la llauna. En el restaurante Cal Toni (c/ Nou, 10) situado en el pequeño pueblo de Albesa no encontrarás caracoles a la llauna. Sí que hacen brasa, pero son unos maestros en la cocina del chup-chup. Hasta allí se desplaza nuestro esmorzador por excelencia, Jonathan Nuevo, más conocido como @esmorzarsdeforquilla.cat, para conocer este bar-restaurante y deleitar a nuestros paladares más suculentos.
Cal Toni tiene una historia preciosa detrás. Toni Codes y Susana Garcia se conocieron y enamoraron en la Escuela de Hostelería de Girona, donde tenían al gran Joan Roca de profesor. Él, nacido en el Port de la Selva; ella, de Lleida. Con 18 años y en plena adolescencia emprendieron juntos el camino de la restauración en el restaurante Els Cairats de Girona, ya desaparecido.
Después de trabajar unos cuantos años y formarse en el sector de la restauración, en 1997 hacen las maletas para acercarse a las tierras originarias de la madre de Susana, en la localidad de Albesa, la Noguera. Allí alquilaron el Bar Palau en busca de suerte. Con el tiempo compraron unos terrenos y en el 2011 nace Cal Toni. Clientela de pueblo y de la zona, amplia carta de guisos y platos de brasa, son unos firmes defensores de la cocina del chup-chup.
“Cuando arrancamos Cal Toni, en las Terres de Ponent abundaban los platos a la brasa y los caracoles a la llauna”, explica el matrimonio, “y nosotros nos queríamos acercar al chup-chup”. Hasta tal punto que en la carta no encontrarás caracoles a la llauna. Sus especialidades son el pulpo a la gallega, el meloso de ternera con setas y los pies a la brasa. ¡Auténticas delicias!
Sentados en la mesa de este restaurante moderno de dos pisos, Jonathan se prepara para comer un delicioso pulpo a la gallega para abrir hambre. Atacando la carne, tenedor y cuchillo en mano devora una inmejorable mejilla de cerdo deshuesada con alcachofas de temporada, un primer principal que es la antesala de la joya de la corona: la cola de ternera con setas del Pallars.
Toni en la cocina y Susana en la sala forman un dúo brutal que regenta Cal Toni desde el 2011 con una mano de maestro envidiable. Una esencia más de bar entre semana y de restaurante los fines de semana, son unos apasionados por la cocina tradicional y catalana. Lo hacen todo artesanalmente: “no queremos ni oír hablar de la quinta gama”, comentan. Y es que los canelones o las croquetas, para mencionar solo un par, son paridos de inicio y final en los fogones de Cal Toni. Muy casero. Con productores de proximidad y con mucha confianza, tienen grandes alimentos como la escarola de Albesa o la ternera del pueblo del lado. Productores leridanos de grandísima calidad.
De postres, Jonathan lo remata con el xuixo gerundense a la brasa con helado de vainilla, en una clara referencia a los orígenes de Toni y Susana y de la tierra que los permitió encontrarse y hacer posible el nacimiento de Cal Toni. ¡Larga vida a los templos de la cocina catalana y a los desayunos de tenedor!