La abuela y el nieto trabajando juntos en los fogones de casa. Así se podría definir la esencia del restaurante Marimorena, ubicado cerca del centro de Sant Boi de Llobregat y que potencia la cocina de la abuela, es decir, la tradicional y la catalana, pero con una mirada del nieto, es decir, la versión más moderna, innovadora con toques de todo el mundo. Hasta aquí se desplaza nuestro corresponsal del Área Metropolitana de Barcelona, Josep Lluís Penadès, más conocido en las redes sociales como @undeliciosomundo. ¡Haz play al vídeo para descubrir todos los platos y enamorarte de este restaurante catalán!
12 años son los que lleva abierto el restaurante, situado en el centro de Sant Boi de Llobregat. "Quería volver a casa: estar cerca de los amigos, de la familia y nutrirme de todos los productos brutales que tenemos a nuestro alrededor, de la mano de un campesinado muy fuerte en la comarca," explica el propietario Albert Mendiola. Con eso se refiere a dar importancia a la temporada de la alcachofa, del pata azul, de los espárragos del Llobregat, las cerezas y una larga lista de productos autóctonos. "Al fin y al cabo, hacemos una cocina honesta", sentencia.
Ubicados en la carretera de la Santa Creu de Calafell, núm. 73, Albert defiende el hecho de recuperar las recetas antiguas y los sabores de siempre, "aquel hervor tan característico de nuestro país, pero con un toque gamberro y más atrevido para ir más allá de la cocina tradicional", confiesa. Hasta el punto de dejarse ir y plasmar sus irreverentes ideas de la cabeza al plato, como el sushi catalán, es decir, de pan con tomate y atún Balfegó, o la ensaladilla rusa con el pincho de butifarra negra.
En Marimorena queda patente que son amantes de los ingredientes ecológicos y de temporada. "Trabajamos una propuesta centrada en el territorio y en el producto de proximidad, por esta razón cada semana seleccionamos para el comensal los platos más interesantes de la carta", añade Mendiola. ¡Echa un vistazo y anímate a probarlos!
Para estos días de julio, en el menú de productos de proximidad resaltaban la ensalada verde con sandía, quinoa, queso ahumado, menta y cebolla crujiente, las cocochas de bacalao a la brasa con judías de Santa Pau, el 'trinxat' de setas con tocino a baja temperatura o los huevos fritos con chipirones, tomate confitado a la lima y ajos tiernos. Con respecto a los segundos, algunas de las opciones más suculentas: el arroz vegetal con escalivada y queso de cabra, el risotto de trompetas con costilla de cerdo y tostada de grana padano, la costilla de vaca a baja temperatura o el meloso de cordero con peras al vino blanco, ciruelas y almendras tostadas.
"En mis recuerdos, siempre fue la cocina el espacio en el que más tiempo pasaba dentro de mi casa. Un lugar que me ofrecía todo el que me hacía disfrutar y que solía estar ocupada por mi mejor maestra: mi madre. De ella aprendía, entre otras cosas, el respeto por el producto y la importancia de alimentar a aquellos que acudían a nuestra casa. Pero el inconformismo y las ganas de aprender propias de la juventud me llevaron a seguir aprendiendo en muchas otras cocinas. Siento que he trabajado y que he aprendido de los mejores, pero nunca he dejado de ser fiel a los principios que me inculcaron a la cocina de mi casa", finaliza Albert Mendiola.