Los restaurantes familiares tienen un aura y una manera de hacer única que no se consigue en otros establecimientos. Una pasión por la cocina que se nota en cada plato y que en el caso del restaurante de hoy, ya hace tres generaciones que dura. Hablamos del restaurante Can Mià, en Palol de Revardit. Hasta aquí se desplaza nuestro gastrónomo de las regiones de Girona, Jordi Àvila, para descubrirnos este maravilloso restaurante del Pla de l'Estany.
Can Mià es un restaurante de cocina de chup-chup. Es el Santuario de los Agricultores y la Gastronomía de Palol de Revardit (Pla de l'Estany) y el local de referencia de los asados en la comarca. Can Mià abrió puertas la Nochebuena de 1978, momento en que Maria y Jaume Mià inauguraron el restaurante. Empezaron haciendo carne en la losa y a la brasa, pero pasados unos años se pusieron a hacer asados. Cocinaban con los productos que ellos mismos criaban en torno a la casa (y que, de hecho, todavía tienen); ganado que conforma la oferta de su carta y de los asados que elaboran: patos, ocas, pavos, pollos... También tienen gallinas, faisanes, corderos y cabras, jabalíes e, incluso, dos asnos.
Tomaron el relevo del restaurante los hermanos Mià, Rosa Mià y Pere Mià. Pere se llegó a proclamar el "rey de los asados" (con corona incluida) el año 2003. Ahora hace 5 años que regenta el restaurante la 3.ª generación, Miquel Mià y su mujer. Continúan el legado de la cocina de la familia y promocionan los asados y las recetas centenarias.
El restaurante ofrece platos catalanes de toda la vida. Para abrir el hambre, una ensalada del huerto, unas croquetas de asado o un surtido de embutidos de Girona con pan con tomate son algunas de las opciones de la casa. También tienen alcachofas al horno, una delicia digna de probar.
Como platos principales, tienen varias recetas tradicionales de lo más buenas como son las verduras de la huerta, los caracoles con sepia y gambas o los calamares a la romana.
Pasamos a los platos fuertes. Los guisos y los asados son la especialidad del restaurante. Unos platos buenísimos que todavía son mejores cuando se comen en un espacio tan acogedor como el comedor de Can Mià. Pavo asado con peras o manitas de cerdo guisadas son dos de las elecciones que nunca fallan.
Para acabar la comida, un buen surtido de postres caseros: requesón con miel, crema catalana y pastelitos. El menú tiene un precio de 35 € e incluye bebida y cafés.