¡Hola hola gourmeters! Sí, ya lo sé, hace mucho calor, pero qué queréis hacer, es agosto y pinta que todavía quedan muchos días de altas temperaturas. Para combatir estos termómetros infernales hay muchas opciones: playa, piscina, un buen aire acondicionado o un buen ventilador, ensaladas frescas, mucha fruta como sandía y melón y mucho líquido para mantenerse hidratados. Es por eso que hoy os traigo a cenar líquido, sí, por eso de mantenerse hidratado. Bien, me olvidaba de mencionar que os llevo a comer sopa!. Me diréis que estoy loca de comer este plato en pleno verano, pero yo os diré que la sopa me hace subir la temperatura del cuerpo y me olvido del calor del exterior (realmente todo son excusas, es porque me gusta mucho y basta).
Acompañadme al Koku Kitchen Ramen & Gyoza Bar. En el Koku son pioneros de la escena del ramen en Barcelona desde el 2014, cuando abrieron su primer local en el barrio de Ciutat Vella y en el 2016 abrió las puertas el Koku Kitchen Ramen & Gyoza Bar, en el Barrio del Born, donde sirven su famosa sopa enraman, gyozas y otros platos deliciosos. Si para los catalanes un plato de escudella es sinónimo de una comida reconfortante que te hace pensar en el hogar y la familia, para los japoneses el ramen es lo mismo. Y yo me declaro muy fan. No me juzguéis, no me veréis tomar ramen en Navidad, pero mentiría si digo que a lo largo del año como más escudella que ramen ....
Productos catalanes y de proximidad
Hay mucho debate sobre de donde es original esta sopa, ya que es considerada una invención japonesa, aunque su origen es chino. Hoy en día hay centenares de restaurantes en Catalunya que ofrecen este plato, pero en el Koku los superan a todos, según mi humilde opinión después de visitarlos dos veces. El ramen es una sopa de fideos con base de caldo de carne, servida con una gran variedad de ingredientes de acompañamiento como medallones de carne de cerdo, alga nori, un huevo con la yema poco hecho o bien brotes de soja. En el Koku Kitchen Ramen & Gyoza Bar hambre servir productos catalanes y de proximidad (exceptuando aquellos ingredientes que hay que importar desde el continente asiático porque no se pueden encontrar aquí). Ya os adelanto que la calidad es inmejorable.
Antes de entrar en materia y coger el cucharón (porque el caldo del ramen se toma con una cuchara de madera parecida a nuestro cucharón), nos recomiendan probar algún entrante. Pedimos unas crestas japonesas (conocidas como gyozas) de carne y verduras, muy bien cocinadas, ya que son tiernas pero tienen la base tostada. Normalmente, se mojan con un poco de salsa de soja o un vinagre especial, pero como soy valiente he añadido picante, un poco demasiado quizás. También probamos su karaage, que es un pollo frito estilo japonés con una salsa teriyaki casera. Los japoneses hacen un muy buen pollo frito, y el karaage no es otra cosa que el nombre que recibe este estilo de fritura. El pollo es de calidad y no está nada seco, al contrario, es muy jugoso, y la salsita le aporta un toque dulzón.
Dos piscinas de sopa
Llegan los ramens, humeando, y el olor es encantador. Hemos optado por el ramen de curry (que ya lo había probado hace unos meses y no me lo podía quitar de la cabeza) y, por descontado, por el ramen picante. Los caldos del Koku son exquisitos, densos y tienen cuerpo, además, los fideos están siempre al dente, una cosa que no se encuentra siempre en el resto de locales de ramen. Analicémoslos uno por uno: el de curry, que no pica, es potente y el cerdo braseado se deshace solo cogerlo con los bastoncillos, trae un huevo marinado con la yema en su punto, unas rodajas de rábano , y cebolla caramelizada.
Con respecto al ramen picante, que prometo que es un nivel de picante muy aceptable, está hecho con un caldo de miso picante, el cerdo, el huevo, el alga nori y el kimchi. El kimchi es una receta coreana de col china fermentada con chile y otros ingredientes como el ajo, jengibre, sal y salsa de pescado. Está considerado un superalimento muy saludable gracias a las bacterias vivas que contiene, y por ser rico en fibra y nutrientes. El sabor es peculiar, un poco agrio, se tiene que probar porque es diferente a cualquier sabor cotidiano para nosotros.
Eso último no me lo esperaba. Quien me tendría que decir que el mejor pastel banoffee que he probado nunca sería en un restaurante japonés. Este tipo de pastel es de origen británico y está hecho de una base de galleta, toffee o almíbar de leche, plátano y nata montada. En el caso del Koku, para acabar de redondearlo, le ponen cacahuetes en la base de la galleta, está buenísimo y nos lo hemos acabado todo aunque no queríamos postres porque cómo os podéis imaginar un cuenco enorme de sopa con tantos complementos te deja bien harto. Con todo eso que os he explicado, os he convencido ya para que le deis una oportunidad a la sopa, y concretamente al ramen, durante el verano?. Si tenéis pensado seguir mis recomendaciones, tened presente que en el Koku Kitchen Ramen & Gyoza Bar no se puede reservar y que muy a menudo se hace una cola. Valdrá la pena la espera, me lo agradeceréis. ¡Hasta la próxima gourmeters!