A solo 20 minutos de Barcelona, y en medio de un polígono industrial, descubrimos el restaurante y masía de Can Campanyà, fechada del siglo XVI. Un lugar que nos transporta en otra época y nos ofrece un espacio único donde desconectar mientras disfrutamos de la mejor cocina catalana. Fundado hace más de cincuenta años por la abuela Teresina, Can Campanyà es hoy día un referente de la cocina de proximidad y ecológica. Hasta Castellbisbal se desplaza Maite Escribà, más conocida como @topcatalanrestaurants, para descubrirnos este maravilloso restaurante.
Montserrat, Marcel·lí, Marta y Lluís, herederos de la pasión familiar, mantienen vivo el espíritu de este restaurante ubicado en el Vallès Occidental con platos que evocan a la cocina de los abuelos, elaborados con productos de temporada y kilómetro cero.
Miembro del colectivo Slow Food, Can Campanyà apuesta por una carta basada en ingredientes frescos y ecológicos, con una relación directa con los productores locales. Esta filosofía se refleja en cada plato, donde la sencillez se transforma en excelencia. “Nuestras raíces nos han hecho vivir la cocina con mucha intensidad, y cada día, los platos que elaboramos son resultado de nuestros conocimientos y productos seleccionados, pero sobre todo de nuestros sentimientos”, explican.
Durante la visita, la viajera por Catalunya degusta una selección de platos que ilustran perfectamente la esencia de Can Campanyà: unas anchoas hechas en casa con pan de cristal y tomate, las croquetas de asado de la abuela Teresina, irresistiblemente cremosas y el pulpo de roca napado y glaseado con alioli sobre lecho de patata.
Tradición y compromiso con el producto local y unos platos llenos de sabores auténticos
Continuamos con más contundencia deliciosa como es el capipota, un clásico de la cocina de hervor, o el impresionante canelón de ciervo con salsa aurora y reducción de demi-glace. El último plato, con intensidad y mucho sabor, es el arroz de civet de jabalí con níscalos.
De postres, las opciones caseras destacan por encima del resto. En primer lugar, el flan de huevo ecológico con ratafía hecha en casa, pero tampoco podemos dejar pasar el requesón de Pedralbes con mermelada. Delicioso y artesanal la última pata del tridente dulce formado por un coulant de avellanas con crema de chocolate que se deshace en la boca con delicadeza.
Un espacio para desconectar y disfrutar
Can Campanyà no solo destaca por su cocina, sino también por su entorno encantador. La masía, con su jardín tranquilo y acogedor, es un lugar ideal para desconectar del ritmo frenético y disfrutar de momentos de paz. Si buscáis un sitio donde tradición y proximidad se unen, Can Campanyà es vuestra parada obligada. Un restaurante que, escondido en medio de un polígono industrial, se revela como un tesoro gastronómico para redescubrir la cocina catalana más auténtica.