El fin de semana es momento de relajarse y desconectar del trabajo, los estudios y olvidar, durante unas horas, la rutina semanal. Son dos días para hacer otros planes, salir de casa u, otra opción muy válida, quedarse en el sofá abrazando la manta y mirando series y películas. Los sábados y domingos, sin embargo, también resultan ser una oportunidad excelente para descubrir aquellos restaurantes que nos llaman más la atención, pero que entre semana es imposible visitarlos por la falta de tiempo. Para que no tengas que perder tiempo pensante donde ir, desde La Gourmeteria te recomendamos 4 restaurantes para probar durante el fin de semana y disfrutar de magníficos platos y lugares.
Los mejores restaurantes caseros de Barcelona
Ir a comer fuera no es una decisión fácil. Hay un coste económico, y tal y como están los tiempos implica valentía, pero también hay la pereza o, sobre todo, el riesgo de que no salga bien. Cuando tienes estas ganas de probar nuevos sitios, pero el miedo a que no saldrá bien, lo mejor que podemos hacer es adentrarnos en lugares que sean caseros y que la comida sea casera. Que nos hagan sentir como casa.
Little Andaman: la cocina casera menos convencional
Little Andaman es el hermano pequeño del Bembi y el Rangoli. Los tres son restaurantes indios de Barcelona con una particularidad que los hace únicos: en el Bembi hacen la cocina más tradicional: en el Rangoli, cocina de calle; y en Little Andaman se hacen platos típicos de las regiones de costa indias. Situado en la calle Muntaner 182, es el local más nuevo de los tres y el que tiene la oferta más singular. Se trata de un rincón particular que hay que saber ver entre todos los estímulos que inundan el Eixample. La entrada es recogida, con un pequeño recibidor abierto a la calle que precede la puerta de acceso al local. El Little Andaman tiene un menú de mediodía a 12 € —un precio muy razonable para ser un restaurante en medio del Eixample— y una variedad de cócteles deliciosos increíble para casar una comida excelente. Sea con vino, con agua o con un cóctel, el Little Andaman es un restaurante que vale mucho la pena probar.
Capú: cocina casera de Italia
Ubicado en la calle de Atenas, en Sant Gervasi, el restaurante Capú es uno de los restaurantes de referencia para los amantes de la auténtica pasta italiana de Barcelona. Un local pequeño y acogedor con una gastronomía de primer nivel, que se resguarda en una esquina tranquila junto al tráfico de la zona alta de la ciudad. La entrada es recogida, con una pequeña cierra en el fondo y una pared llena de botellas de vino a mano izquierda. A la derecha, cuatro peldaños suben hasta la sala principal del restaurante, un espacio pequeño, para unas veinte personas, con una decoración sencilla y elegante. Las fotos de algunos de los rincones más míticos de Italia y el talante genuino de la camarera, Francesca Capuano, te recuerdan en todo momento que este no es un restaurante italiano convencional.
La Balabusta: cocina casera en el Rosselló
A veces nos olvidamos de que la cocina mediterránea no es solo la de casa, la italiana y la griega, sino que es también la cocina de la otra orilla, donde la verdura abunda por todas partes y el tahini sobresale en los fondos de los platos. Un buen lugar para recordarlo es el restaurante La Balabusta, donde ponen en mesa recetas de Llevant y ya se han convertido en un sitio que se llena de clientes ávidos de romper su adictivo pan challah que acabará, a buen seguro, mojado en uno de los mejores hummus de la ciudad.
Baixa Limia: el auténtico menú gallego casero
¿De qué hablamos cuando hablamos de cocina casera en un restaurante? Evidentemente, un restaurante es un negocio y, como tal, se presupone una cierta profesionalidad que lo aleja de aquello que cocinamos en casa, que sería su definición más literal. Ahora bien, no seré yo quien defienda una cocina canónica y académica: prefiero la variedad y las variaciones, que no tienen nada que ver con los errores. La cocina dicha casera y hecha en un restaurante, se aproxima al recetario que se ha ejecutado en casa tradicionalmente, sea una tradición larga o una tendencia corta que se ha incrustado con fuerza, nos guste o no, como plantar una rebanada de queso de cabra en medio de la ensalada, por ejemplo. Pero cuando llegamos a un sitio de menú del día que respira historia, estamos preparados para encontrarnos con aquel estilo de cocina que nos recuerda al de casa y que, de hecho, nos hace sentir como en casa. Lo hacen los manjares y lo hace el personal que trabaja, la parroquia e incluso el interiorismo sencillo y sencillo, anodino, diría alguien, pero funcional y efectivo. Y el restaurante Baixa Limia es uno de estos lugares.