Son tendencia. Están muy de moda y la comida es descomunal. A precios relativamente bajos, bajo alguna excepción, son bares muy top de Barcelona que abrieron hace muchos años y otros mucho más recientes que se llenan día y noche. Es un flujo constante de fotos en las redes sociales y reseñas en Google que aumentan, todavía más, la popularidad de estas casas de comidas. A continuación, repasamos los 7 bares de Barcelona que más lo rompen actualmente.
Los bares más top que son tendencia en Barcelona
Bar Torpedo
Que el Bar Torpedo ya es toda una institución de Barcelona no es ningún secreto. Quizás porque tiene unos horarios que se ensanchan hasta bien entrada la noche (hasta las 1:30 h normalmente y del jueves al sábado, hasta las 3 h). Quizás por sus bocadillos y hamburguesas. Quizás por la cocina continua. Quizás por una de las mejores selecciones de vinos de toda la ciudad. Quizás porque, aquí dentro, hay un sentido y una coherencia. O quizás, más bien, por todo.
📍 C/ de Aribau, 143
Bar Bocata
Es, probablemente, el bar más de moda ahora mismo en Barcelona. No hay día en el que las redes sociales se rellenen de fotos de los platos del Bar Bocata. A pesar de no contar con mucha trayectoria, parece que sea un punto de encuentro de toda la vida. Cierra con la cocina detrás y decoración retro mucho bar. Por la mañana, sirven desayunos de tenedor, bocadillos buenísimos y brocheta de tortilla bien jugosa. Para comer y cenar, opciones como alcachofas con salsa holandesa, capipota o garbanzos con butifarra y calamares. Además, plato del día al mediodía. Para beber, muchos vinos por copas. Recomendable reservar ya que hay muy buen ambiente y se suele llenar.
📍 Travesera de Gracia, 86
Bar Bauma
Hace un año salía publicada la noticia de que el Bar Bauma cerraba las puertas para renacer con nuevos aires. Más modernos, renovados, nuevos aires y toques diferentes, pero con los mismos platos tradicionales y luchando por no perder la esencia que enamoró a los barceloneses de los años 80 y 90. Un reto difícil que yo no puedo valorar para no vivir aquella época, pero que sí que puedo confirmar con las tapas y los platos caseros de toda la vida que conforman una carta muy breve, pero con ofertas de todos los colores y para diferentes gustos. Las tapas, las cazuelas, los platos principales y los postres conforman una carta atractiva y unos precios que sorprenden positivamente. El nuevo Bar Bauma elude las incorporaciones masivas, constantes y aburridas que todos los nuevos locales ‘gastro’ de la ciudad copian en masa a sus cartas. Un espejismo ilusionante.
📍 C/ de Roger de Llúria, 124
Bar Alegria
Este no es un bar normal. Día tras día se llena de comensales y está a rebentar. Del lunes al domingo, comidas y cenas y siempre lleno absoluto. El Bar Alegria engaña a primera vista. Tiene una barra clásica, con la ensaladilla rusa, los boquerones, las anchoas y las olivas. Nada que haga sospechar que, en realidad, a solo un par de metros, se esconden las ostras, las albóndigas, las gambas, la sepia cebada o una infinidad de platos que alegrarían el paladar de un muerto. Sin ponerse a investigar, solo habría que dar una ojeada en su espectacular carta de vinos para darse cuenta de que el Bar Alegria no es un bar normal. Aunque eso de normal sea un concepto bastante discutible en pleno siglo XXI.
📍 C/ del Comte Borrell, 133
Glug Bar
De toda la lista es lo que se difumina más entre bar y restaurante y el que pica más de precio. Tenemos suerte de ser mediterráneos con respecto a la cosa gastronómica (y también por muchas de otras). Ahora bien: por algún motivo, las cocinas mediterráneas, actualmente, no se suelen cruzar demasiado en nuestra casa, aunque tenemos ejemplos exitosos, como el del restaurante Agreste y, de apertura más reciente, el Glug Bar. Comandado por la turinesa Beatrice Casella y el catalán Ivan Garcia, Glug es un restaurante y un bar de vinos. O sea, una hermosa cierra con la buena pensada de ocuparla a ambos lados, con una carta de vinos con carga de profundidad y una carta de comida renovada. Puedes ir a cenar o a hacer un picar y unos vinos, aunque es posible que te enredes de lo lindo en la silla porque cuando hayas probado alguna cosa, querrás más y más.
📍 C/ de Viladomat, 289
Santornemi
La carta se divide entre platos para picar, como las croquetas o los buñuelos|chapuzas de bacalao, los caracoles|tornillos o los calamares a la andaluza; los entrantes, como la esqueixada o la escalivada, la sopa de temporada o los garbanzos con butifarra negra; los segundos, donde encontramos la tripa y también el capipota, el fricandó y la mejilla, el codillo de cordero guisado, la mano de cerdo en la parrilla o los huevos con chistorra y patatas. Aparte, como acompañamiento, también se pueden añadir unas judías o unas patatas fritas. O, incluso, una ración de chanfaina. En definitiva, un templo del desayuno de tenedor y de los mediodías, con una cocina del hervor y la traza del hecho de mojar pan y del decir: “por favor, felicitad a las cocineras”.
📍 Avda. de Sarrià, 17
Bar Fàbula
Un local pequeño, pero con muchísima personalidad. No aceptan reservas, sino que es función de la orden de llegada. Ubicado en el Putxet, todavía no ha alcanzado el año de trayectoria y ya es reconocido entre la clientela como uno de los mejores sitios de bocadillos de Barcelona. En el Bar Fàbula te encuentras con los entrantes clásicos de toda la vida como la croqueta de pollo bresat o la de setas, gildas o la ensaladilla rusa. Pero lo que les ha convertido en realmente famosos es el rosbif, cebolla crocante y salsa bearnesa, el de panceta, calabacín en misso y manzana o el sándwich de milanesa de black angus y maiokimtxi o de otras opciones como el bikini con mantequilla de hierbas o el de setas, guisantes y pepino.
📍 Ronda del General Mitre, 243