En teoría, la digestión es un proceso que nuestro organismo lleva a cabo de forma habitual y podemos decir que de forma automática. Es necesario y por ello el trabajo está bien repartido entre los órganos para lograr que lo que ingerimos se convierta en energía tras pasar por el tubo digestivo. Así mismo, lo que nos sobra, lo expulsemos sin esfuerzo alguno. Pero esto no siempre es tan sencillo y el proceso no fluye con la misma facilidad y son muchos los motivos que pueden provocar que se complique y aparezcan molestias que podemos clasificar entre leves y graves. Gases, estreñimiento, pesadez, reflujo, acidez… y otros muchos más ejemplos que, seguro que te suenan, son el resultado de problemas digestivos.

Consecuencias muy negativas y una dulce solución

El problema de una mala digestión no se queda solo ahí, sino que es una bola que va creciendo y que terminando restando calidad de vida. Por ejemplo, es muy habitual que entorpezca el sueño y ya sabemos que sin un buen descanso, al día siguiente no somos productivos, estamos de peor humor y todo nos sale del revés. Si es durante el día, esa digestión pesada nos puede dejar KO toda una tarde y nos obliga a anular planes y pasar el día a medio gas.

Muchas veces nos comemos la cabeza pensando en qué podemos tomar para aliviar ese malestar e incluso terminamos con una visita a la farmacia para encontrar una solución rápida. Pero ese producto "milagro" puede que esté en nuestra propia casa y sea tan cómodo y placentero como tomarnos una fruta. Esta, al igual que la verdura, destaca por su contenido en fibra y, por lo tanto, es perfecta para regular el tránsito intestinal. Ya sea una comilona que se nos ha atravesado o el fastidio que supone estreñirse cuando se sale de casa, una buena ración de fruta junto a un largo paseo puede ser mano de santo.

Este superpoder de la fruta también está provocado por la cantidad de agua que contienen. Y ya se sabe que la hidratación es una de las claves de unos intestinos activos y felices. Por último, algunos activos de la fruta, también la convierten en un potente agente détox, ayudando a eliminar toxinas de forma natural. Y puestos a acertar con la apuesta, mejor elegir las que tienen más puntos para ayudarte en tu misión: cero problemas con la digestión:

1. Manzana

Es la reina de las frutas cuando se habla de problemas digestivos, ya que soluciona con la misma eficacia el estreñimiento y la diarrea. Por eso siempre suele ser el primer recurso al que se le echa mano cuando algo no va bien.

apples
Es la reina de las frutas / Foto: Pixabay

2. Pera

Siempre unida a la manzana, la pera contiene una gran cantidad de fibra y, entre toda ella, un tipo soluble llamado pectina que favorece el equilibrio de la microbiota.

3. Kiwi

Es una de las frutas más completas. Además de favorecer la digestión, también ayuda al sistema inmune debido a su gran cantidad de vitamina C.

4. Plátanos

A pesar de su fama de "fruta que más engorda" (algo totalmente falso) los plátanos destacan por varios de sus "ingredientes". El primero, y que todos conocemos, es el potasio. Pero también puede presumir de un tipo de fibra denominado ructooligosacáridos, que actúa como laxante natural y favorece la digestión. Sobre todo lo encontramos en los plátanos maduros.

bananas
Los plátanos destacan por varios de sus "ingredientes" / Foto: Pixabay

5. Fresas

El motivo es su concentración de agua es muy alta, lo que le otorga un gran poder diurético y depurativo. Esta ayuda a la hora de eliminar toxinas también es interesante cuando estamos a dieta.

6. Papaya

El punto exótico a este listado lo pone la papaya gracias a la papaína, una enzima que mejora la digestión de las proteínas e incluso ayuda a quemar grasas. Sin duda, el postre perfecto tras una barbacoa.

7. Limón

El poder digestivo del limón y de otros cítricos como el pomelo es tan potente que incluso se utiliza su sabor en muchos remedios enfocados a solucionar los problemas digestivos.