Es empezar marzo, notar que los días son más largos y que las temperaturas ya no asustan tanto y las ganas de salir y disfrutar de un día fuera de la ciudad aumentan de forma exponencial. Seguro que no soy la única con ansia por descubrir lugares nuevos, pasear lejos del asfalto y los coches, perderme en un pueblo lleno de encanto y, como no, darme un buen homenaje en un restaurante. Y ese va a ser el objetivo de este nuevo mes, conocer nuevos pueblos y comer en esos lugares en los que todo el mundo dice que siempre se acierta.

Los 7 pueblos de la Barcelona donde mejor se come

Si quieres compartir reto, te dejamos 7 rincones de la provincia de Barcelona por donde puedes empezar. Y no lo digo solo yo, también National Geographic, uno de los medios especializados en viaje más valorados y reconocidos.

Sitges

No es lo que se espera al hablar de pueblos con encanto, pero le dejamos estar en la lista por el buen rollo que contagia solo con poner un pie por su paseo marítimo. Esta es una apuesta segura para comer bien, sobre todo si buscas un buen arroz. Eso sí, mientras que el tipo de arroz puede generar discusiones, de lo que no hay duda es de que el primer plato debe ser siempre xató. Se trata de una ensalada de mar muy típica de Sitges, y de la zona, y sus ingredientes principales son escarola, bacalao desalado, boquerones, atún, aceitunas y una salsa con base de almendras y avellanas que es para volverse loco.

Alella

La segunda opción que nos da National Geographic está a tan solo 15 minutos de Barcelona, en el interior de la comarca de El Maresme. Uno de sus grandes atractivos es el poder pasear entre viñedos a un lado del mar. Algo que te sienta a bien a ti y también a las uvas con las que luego producen unos vinos exquisitos. De hecho, Alella puede presumir de tener la Denominación de Origen más pequeña, es decir, que probarlos es algo muy exclusivo.

Alella, localidad de El Maresme / Foto: Maresme Guide

Vic

Nos perdemos más en el interior para visitar el pueblo que suena a embutidos. Muy famosa es su longaniza, pero no lo único que hay que degustar en este pueblo, ya casi en la provincia de Girona. Eso sí, luego quemar tanta comida es fácil, ya que su centro histórico es ideal para un paseo. Cualquier ruta comienza o termina en su Plaza Mayor, un gran espacio porticado rodeada por edificios de diferentes épocas y estilos, pero que todavía guarda su sabor medieval. En esta misma plaza, cada sábado instalan el mercado, una ocasión perfecta para hacerse con un buen botín de productos de la zona.

El interior del restaurante Via en el municipio de Vic / Foto: Cedida

Vallromanes

Este pequeño pueblo que es muy popular entre los jugadores de golf, cuenta con una ubicación privilegiada entre ​el Parque Natural del Montseny y el Parque Natural del Montnegre y el Corredor, por lo que se convierte en el rincón perfecto en el que desconectar de las prisas. Para National Geographic hay una razón más para ir a este pueblo, o, mejor dicho, dos, Can Poal y 1497. Dos restaurantes que cada día cuentan con mejores críticas y valoraciones.

Sagàs

Tan pequeño que cuesta encontrarlo en un mapa al uso, pero, sin embargo, destaca en uno tan importante como el que elabora la guía Michelin. Els Casals, un pequeño restaurante ubicado en una preciosa masía, logró una Estrella y, de paso, colocó a este pequeño pueblo en todos los mapas del buen comer.

El exterior del restaurante Els Casals / Foto: Víctor Antich

Sant Martí Sarroca

De entre todos los pueblos del Penedès, National Geographic se queda con este por el hecho de tener una Estrella Michelin, aunque hay que reconocer que en toda la zona la gastronomía es un diez. Sobre todo, si la maridas con un buen cava de la zona. Irte de bodegas con unos buenos amigos es un planazo y si le pones una Estrella siempre será mejor.

Sant Fruitós del Bages

Situado a solo 5 minutos de Manresa, la capital de la comarca, a este pequeño pueblo hay que ir para conocer el monasterio de Sant Benet de Bages, conocido ahora como Món Sant Benet. Ha sido restaurado recientemente para acoger la Fundació Alícia (presidida por Ferran Adrià). Una vez allí, para no irse sin comer, la revista especializada en viajes recomienda L’O, un restaurante que fusiona la comida tradicional con técnicas de vanguardia.