Un buen chorreón de limón en un vaso de agua (mucho mejor si es tibia) puede ser una buena costumbre para comenzar el día. Se trata de algo muy simple, sencillo de preparar, económico y rápido. Eso sí, no es un milagro ni un remedio 100% eficaz ante nada.
Entonces, ¿merece la pena tomarlo? Si te apetece y te sienta bien, la respuesta es sí. El primer motivo es que no te va a provocar ninguna reacción peligrosa o dañina. Tan solo, en algunos casos, el limón en ayunas puede provocar acidez de estómago. En este caso, cambia el consumirlo a primera hora por hacerlo un poco más tarde. En la merienda puede ser otro buen momento, justo cuando suele apretar el gusanillo del hambre.
Pero vamos con los beneficios.
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Evitar los cálculos en el riñón. Y este sí que cuenta con el aval médico. No te asegura 100% que si sigues este consejo no vas a tener más piedras en el riñón, pero sí reduces de forma considerable la probabilidad de sufrirlas. Y si alguna vez has pasado por eso, seguro que cualquier ayuda es buena. Eso sí, en este caso no valen unas gotitas y a correr. Hay que llenar al menos ¾ partes de un vaso y rellenar el resto con agua. La “magia” la hacen los citratos que logran evitar la cristalización y formación de sales de calcio que luego se convierten en las temidas piedras.
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Ayuda a perder peso. No. El limón no tiene ninguna propiedad que ayude a quemar grasa ni a desintoxicar nuestro organismo, es una fruta, no un friega hornos. Lo que sí debemos reconocerle al limón es que es muy saciante, algo que se acentúa con su sabor intenso. Así, si eres de los que arrasan en el desayuno, beber un poco de agua con limón te ayuda a llenarte antes y, además, aplacar un poco la ansiedad de consumir dulces o alimentos muy calóricos. Y esto sí ayuda a rebajar el peso.
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Mayor hidratación. Parece un poco simple, pero muchos de los problemas de salud que tenemos derivan de tomar poca agua. Desde problemas de riñón hasta dolores de cabeza. Después de unas cuantas horas durmiendo, son muchos los se beben un café y con eso se dan por hidratados. Error. Nuestro organismo necesita mucho más líquido y bebernos un buen vaso de agua es una gran ayuda. Que va con limón, pues mejor.
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Mejores digestiones. Y no porque el limón tenga el poder de cambiar el Ph de nuestro organismo ni nada raro. Es mucho más simple. El limón anima al sistema digestivo a ponerse en marcha y esto lo consigue impulsando a los órganos a generar ácidos. Por ejemplo, que el hígado fabrique más bilis. Por eso el limón tiene fama de digestivo a cualquier hora del día.
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Sistema inmunitario más fuerte. Esto hay que cogerlo con pinzas ya que se trata de una verdad a medias. La parte que sí es real y que no podemos discutir es el beneficio de la Vitamina C para nuestras defensas. También es objetivo decir que el limón es rico en esta vitamina. Eso sí, que el jugo de medio limón puede fortalecer a nuestro ejército defensivo y darle las armas necesarias para que no deje entrar a ningún virus ni bacteria... eso ya no. Aunque también hay que decir que un buen chorreón de vitaminas todos los días, siempre es mejor que nada. Todo suma, y el agua con limón también.