Te mueres de hambre. Abres la nevera y solo hay un yogur. Te fijas y te das cuenta de que caducó hace una semana. ¿Te lo comes? ¿Cuánto tiempo pierdes dudando entre el sí y el no? ¿Eres de los que se lo come pensando que está corriendo peligro y al final te sienta mal? La próxima vez puedes comerlo y disfrutarlo porque debes saber que es seguro.
Dos fechas: una gran diferencia
Todos los alimentos envasados deben incluir una fecha que nos orienta sobre cuándo debemos desecharlo. Pero hay dos fechas: una nos dice la caducidad y, la otra, el consumo preferente. En muchas ocasiones las confundimos y las utilizamos indistintamente, pero cada una nos da una información diferente. Cuando leemos "Consumir preferentemente antes del 18-03-2024" el fabricante nos quiere decir que, hasta esa fecha, el producto es seguro y, lo más importante, que conserva todas sus propiedades. Después pueden producirse cambios como el hecho de que el alimento esté más duro, se seque, cambie de color, la textura no sea tan agradable, etc., pero seguirá siendo seguro para nuestra salud.
De hecho, en muchos casos podemos ver esta fecha seguida de la de caducidad. Es decir, que aparezcan las dos. Esta segunda, la fecha de caducidad, nos dice hasta qué momento el producto puede consumirse de forma segura. En este caso, sí es mejor revisar bien el alimento antes de consumirlo o directamente tirarlo. Por lo general, esto ocurre en productos muy perecederos, como puede ser la carne. Aunque veamos que su aspecto no ha variado o que no presenta un olor fuerte, la recomendación es desecharlo.
Una lista para memorizar
Sabiendo la diferencia entre las fechas que suelen aparecen en los productos envasados, vamos a repasar cuáles son los alimentos que se pueden consumir de forma segura después de sobrepasar la fecha de consumo preferente.
Yogur
Un clásico del que encontramos tantas personas que dicen que “da igual” que es fácil pensar que sí da igual. Y esto es cierto hasta cierto punto. Los yogures naturales se conservan en plenas condiciones durante mucho más tiempo. Por su parte, los azucarados o de sabores, empiezan a perder propiedades antes, aunque pueda creerse que “más industrial, más artificial y más perecedero”. Esos yogures pueden cambiar sus propiedades antes. Por ejemplo, se suelen perder consistencia o cambiar el sabor. En este caso, el yogur será seguro para salud, pero no apetecible.
Huevos
Un huevo se considera fresco hasta un mes después de su puesta. De hecho, muchas marcas han comenzado a indicar esta fecha y no la que marcaría el límite. Aquí, más que comprobar el etiquetado, lo que marcará si podemos consumirlo o no son las propiedades del huevo. Si al romperlo notamos una textura extraña o desprende mal olor (huelen tan mal que la expresión “huevo podrido” se interpreta como algo realmente asqueroso), ese huevo debe ir directamente a la basura. Aquí, lo importante es que se haya almacenado correctamente, no la fecha en sí.
Pan tostado y galletas
En el caso del pan del molde suele aparecer moho con facilidad, sobre todo en climas más húmedos. Por el contrario, las versiones secas, incluidos los picos, por ejemplo, podrán presentar un sabor rancio o estar más duros, pero siguen siendo seguros.
Refrescos
De nuevo nos encontramos con un producto seguro, pero poco apetecible. Si están en botella pueden perder parte del gas y si son latas, el sabor metálico puede ser demasiado fuerte. Pero todo es probarlo antes de tirarlo. Por un sorbo no pasa nada.
Arroz o pasta
Hay estudios de laboratorio que aseguran que un paquete de pasta puede consumirse sin peligro, hasta dos años después de su envasado, tiempo que aumenta hasta los cinco si hablamos del arroz. Eso sí, recuerda que en el laboratorio se ha conservado en una atmósfera muy determinada. Si es en casa, examina bien que no tenga bichitos antes de cocinarlo. También es aconsejable probarlo, porque tal vez el sabor a rancio arruine tu receta. Pero también hay muchas posibilidades de que unos meses después de la fecha que marca su supuesto fin, el producto esté perfecto. No lo tires sin darle una oportunidad.
Frutos secos y snacks
Tanto las patatas fritas como unos cacahuetes tostados pasados de fecha no son peligrosos, pero tampoco apetecibles, ya que el sabor rancio es muy desagradable. Solo con abrir la bolsa lo sabrás. Si huele bien, ¡a por ellos!
Mermelada
El azúcar es un buen conservante, por lo que una mermelada puede resistir en perfectas condiciones entre dos y tres meses en el frigorífico. El truco es intentar no mezclarla, puesto que la contaminación cruzada es su mayor enemigo.