El marisco es un clásico en las cenas navideñas y ser el más rápido pelando gambas o langostinos puede marcar la diferencia a la hora de disfrutar de este manjar. Por muy llena que esté la mesa en cualquier celebración familiar, el marisco siempre es lo que más atrae y lo primero que se acaba. En esos casos, tener un primo o cuñado alérgico es una ventaja, pero para el resto de la competencia, ser el más rápido es lo único que te puede ayudar a llevarte la mejor parte.
4 formas de pelar gambas que quizás no conocías
El problema de las gambas o los langostinos es que hay que pelarlos y aquí no solo vale elegir el mejor sitio o no tener escrúpulos en meter el codo a tu sobrino pequeño para llegar antes a la bandeja, también hay que tener cierta habilidad a la hora de pelarlas. En este aspecto hay varias técnicas y hoy vamos a repasar las más comunes para que puedas decidir cuál se adapta mejor a tu objetivo.
La tradicional
Esta implica mancharse los dedos de ambas manos. Imprescindible para disfrutar también de la salsa y el jugo y estupenda para aquellos a los que les gusta chuparse los dedos al final, pero también entre bocado y bocado. ¿Otra ventaja? Que puedes sorber el jugo de las cabezas, algo que para unos cuantos está considerado el mayor placer. Aquí no cuenta en ser más rápido sino el más disfrutón. Lo normal es empezar por la cabeza, seguir por la cola (que también tiene su chupeteo), pelar la parte del cuerpo y darle un buen bocado. Si hay salsas, imprescindible el untar bien.
Puedes sorber el jugo de las cabezas, algo que para unos cuantos está considerado el mayor placer. Aquí no cuenta en ser más rápido sino el más disfrutón
Con tijera
Manejar bien esta técnica es esencial si estas en la cocina y necesitas gambas peladas para cocinar. En crudo siempre se pelan más rápido, pero si coges la tijera ya adquieres la rapidez de un profesional. Tijeretazo a cabeza y colas (que obviamente guardarás para un caldo). Para el cuerpo solo tienes que cortar la piel de forma vertical y, sin abrir la tijera al final, gira despacio la gamba / langostino para que la carne salga sola. Y a por la siguiente.
El truco del tenedor
Después de que un vídeo se hiciese viral hace unos meses, esta Navidad la rapidez va a ser el factor clave en cada mesa. Solo tienes que quitar cabeza y cola ayudándote del cuchillo. Después, pinchas el tenedor en un extremo, intentando que quede justo entre la carne y la piel. Ejerce presión como si quisieres recorrer todo el lateral hasta que veas como la piel empieza a deslizarse y se separa de la carne. Un último empujón y tendrás tu gamba lista para degustar. Otra ventaja es que solo te manchas una mano, así puedes seguir cogiendo la copa con la otra sin mancharla.
En crudo siempre se pelan más rápido, pero si coges la tijera ya adquieres la rapidez de un profesional
Con cuchillo y tenedor
En ocasiones hay que guardar las formas y el protocolo manda. O que simplemente te quieres hacer el interesante y demostrar esas habilidades con los cubiertos propios de la realeza o de un internado suizo. En este caso no se puede chupar la cabeza, pero a cambio, no te mancharás las manos y no te olerán mal el resto de la noche. La parte más sencilla es cortar cabeza y cola. Esta última, cuando tengas un poco más de maña podrás salvarla, sobre todo si el marisco es de calidad y fresco, ya que así se separa mejor la carne de la piel y es más sencillo que de un pequeño tirón se desprenda la cola. Ahora llega la parte más complicada. Intenta clavar el tenedor en la parte de las patas de la gamba y ayúdate del cuchillo para ir separando la piel de la carne. Lo más importante es que el tenedor esté bien clavado para que no se resbale y salga volando al intentar pelarlo.
¿Con qué técnica te quedas? ¿Conoces alguna otra?