¿Cansado ya de tanto sándwich y tanta ensalada de pasta que se queda seca y blanda al poco de salir de casa? Aunque comer en la playa ya es un lujo en sí mismo, si además variamos y hacemos atractivo ese táper, la experiencia sube muchos puntos más.
Pero antes de comenzar con la lista de ideas, mejor dejar claros cuales son los principales errores que solemos cometer. El primero es elegir productos que no soportan muy bien el calor, tanto porque se estropean y su sabor o textura no es agradable, como por el hecho de que pueden provocarnos una intoxicación y lograr que ese día pase de ser un gran recuerdo a uno muy malo.
Así, evita las salsas como la mayonesa y también el huevo que no está muy cuajado, como la tortilla poco hecha. También los fiambres como el pavo o el jamón cocido. Mariscos y pescados tampoco son buenas ideas.
Otro error es el pan. Si lo llevamos solo se quedará duro después de unas horas de calor. Pero, si lo mojamos en alguna salsa o con aceite, se convertirá en algo jamagoso. Mejor que bocadillos, apuesta por tortillas y prepara ricos tacos o burritos.
Y ahora sí, aquí van cinco opciones para un menú de diez:
- Verduras asadas. Una rica escalibada es ideal y seguro que nunca se te había ocurrido. Es saludable, fácil de preparar, sacia, pero no hincha y se puede tomar del tiempo sin problema. Calabacín, unas berenjenas y algo de pimiento son perfectas. Además, las puedes cubrir con el queso que más te guste, desde uno que se funde y da jugosidad a uno feta que aporta más sabor. Así, con esta proteína, tendrás un plato completo.
- Ensalada de garbanzos. Si lo tuyo son las ensaladas, pero estás cansado de las de pasta o arroz y no soportas la textura de la lechuga caliente, las de legumbres son la opción ideal. Además de ser un plato ultra saludable, te quitará el hambre por completo y te ayudará a sentirte bien. Puedes prepararla con un bote de garbanzos ya cocidos y las hortalizas que mejor te sienten. Una idea es con tomate, pimiento, cebolla, pepino y algunas hierbas aromáticas para dar más sabor y frescura. El truco es llevar el aliño aparte. Un bote de cristal cierra bien y es cómodo.
- Empanadillas. Sí, las clásicas de atún y tomate o algunas diferentes que incluyan carne, verduras o queso. La de queso, tomate y albahaca está deliciosa y son más refrescantes. Si no quieres fritanga, puedes cocinarlas en el horno y así no sumar tantas calorías. Además de poder llevar de varios sabores, también es un producto que no necesita frío y sabe fenomenal a temperatura ambiente.
- Coca de verduras. Ya que las tortillas y los quiches están algo desaconsejadas si no quieres llevar nevera, las cocas secas son más seguras. Ya sabes, una base fina, añades los ingredientes que más te gusten y al horno. Del tiempo está igual de rica que recién hecha (o más). Sobre esa coca de verduras puedes añadir un poco de jamón, sobrasada o queso. ¡O un poco de todo!
- Fruta con yogur. Aquí si es más que aconsejable mantenerlo en frío aunque ya existen en el mercado yogures que no necesitan frío. Lo bueno de mezclar la fruta con el yogur es que, aunque esté cortada no perderá tanta agua. Será mucho más saciante y también nutritivo. Haz la mezcla en casa y llévatela en un bote de cristal. Si añades unos frutos secos, tendrás una merienda de lujo.