Cuando el vientre se hincha, suele hacerlo de forma repentina y sin avisar. Aunque hay muchas causas que pueden provocar este indeseable efecto, sí hay algunas precauciones que se pueden tomar y la más sencilla es vigilar qué comemos ese día.
Y es que hay ciertos alimentos que, por sus propiedades nutricionales, generan esta hinchazón tan poco deseada durante el proceso de digestión.
Aquí va una completa lista para que puedas ajustar tu menú:
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Las bebidas gaseosas. Es uno de los productos más obvios de la lista, pero también el "error” que más se comete. Y es que tanto la playa como la piscina parecen estar unidas de forma irremediable con una lata fresquita. Ya sea de un refresco, una cerveza o un tinto de verano. Y lo peor es que no solo tomamos una.
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Vegetales crucíferos. Si para darle ese último empujón a la dieta apuestas por dar una mayor presencia a las verduras, intenta evitar por todos los medios las de este grupo. Brócoli, coliflor, repollo y coles de Bruselas son alimentos saludables, llenos de beneficios para la salud y muy recomendables en cualquier momento del año, menos cuando quieres evitar que tu estómago se hinche. El motivo es que son las verduras que más gases provocan.
- Legumbres. La razón es la misma que el punto anterior. Lentejas o garbanzos son una excelente fuente de proteína vegetal, pero suelen provocar una buena cantidad de gases y no hay truco que lo pueda solucionar. Por lo que, para no renunciar a este producto tan saludable, el único consejo es reducir el tamaño de la ración.
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Cebolla. La base de cualquier sofrito, junto al ajo, también puede darnos algún disgusto. Además de los gases que pueden provocar, la cebolla tiene un efecto muy particular en la sudoración cambiando su olor. Y ya se sabe que en la playa y la piscina se puede sudar mucho… Un dos por uno para evitar la cebolla.
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Frituras. Un básico en la playa, sobre todo en las del sur de la península, donde el pescaíto frito es la ración más consumida. Pero aquí también incluimos patatas y cualquier otro alimento frito, más si va rebozado. Y es que ese exceso de grasa, que se acumula en las zonas menos deseadas de nuestro cuerpo, también es complicada de digerir y genera digestiones más largas y pesadas. El resultado visible inmediato: tripa hinchada.
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Alimentos integrales. Sí, escuchas todos los días que son mucho más saludables, pero, si no estás acostumbrado a consumirlos, mejor ese día no te hagas el interesante con un bocadillo de pan integral o con una ensalada de pasta integral. Este tipo de alimentos tienen un mayor aporte de fibra y pueden dificultar la digestión y, por lo tanto, hinchar el estómago más de la cuenta.
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Sal. Los alimentos muy salados no solo nos obligan a beber más líquidos, también provocan una gran cantidad de líquidos. Por eso, una comida muy salada no solo nos hincha de agua la barriga, sus efectos a lo largo de los días se pueden apreciar incluso en los tobillos.
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Masticar chicle. ¿Eres de los que te llevas chicles a todos esos lugares en los que sabes que no te vas a poder lavar los dientes? Muy bien por ti y por tu dentadura, pero no abuses. Mejor masticarlo solo unos minutos. Durante ese tiempo estamos masticando y tragando también mucho aire y, sí, esto provoca gases.
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Lácteos. No todos afectan por igual, pero hay ciertas personas con alguna dificultad para digerir los lácteos. No tanta como para generar molestias, pero lo suficiente como para ver que su vientre está más abultado después de un batido o un yogur.
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Edulcorantes artificiales: Los edulcorantes como el sorbitol, el xilitol o el aspartamo, presentes en muchos alimentos y bebidas "light" o sin azúcar, pueden causar flatulencia y malestar digestivo. Y si ya es incomodo un ataque de gases, un “apretón” puede arruinarte tu día en remojo.
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Azúcar y bollería industrial. Esa combinación de azúcares y grasas no solo logra que al día siguiente la báscula indique una cifra más alta de la que esperabas. También tienen un efecto inmediato al hincharte como un globo.
Seguro que esta lista te ayuda a elaborar el menú más apropiado para ti estos días, pero recuerda que cada persona es diferente así que lo más apropiado es ir probando para saber qué sí y qué no afecta a tu digestión.