La almendra es uno de los frutos secos más consumidos, más todavía cuándo llegan estas fechas, ya que es el ingrediente principal de muchos dulces típicos de Navidad. Debido precisamente a su aparición en muchos platos, creemos que es importante que conozcas sus propiedades, beneficios, así como algún que otro consejo para sacarle la mayor utilidad posible. Pero antes, un poco de historia y contexto que siempre vienen bien. 

La almendra proviene de Asia central y se expandió por el Mediterráneo gracias al Imperio Romano. Desde entonces ha sido un fruto muy valorado, aunque fueron los árabes los que instalaron en nuestro país muchos de los dulces con base de almendra que hoy día conocemos. A pesar de su presencia en la cocina, se tardó varios siglos en cultivarse. Ahora, España es uno de los mayores productores de almendras al lado de los Estados Unidos. La mejor opción y con la que se aprovechan todos sus beneficios nutricionales es comerlas crudas. La almendra hace siglos que está presente en nuestra cocina, de manera que podemos encontrar recetas de todo tipo, desde saladas a dulces, con las almendras enteras, molidas, en harina o como bebida, y como ingrediente principal o como decoración. ¡Un producto con una infinidad de posibilidades!

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Propiedades nutricionales de la almendra

Las almendras son una fuente de propiedades ingente, y un gran tesoro nutricional a causa de los muchos y variados beneficios que suponen para la salud. Son ricas en proteínas (hasta un 20%) y nos aportan gran cantidad de energía gracias a su contenido en hidratos de carbono. Al hablar de grasas, no podemos dejar que las cifras nos engañen. Es cierto que casi la mitad de una almendra son ácidos grasos, pero su gran mayoría son monoinsaturados, los más sanos, como los del aceite de oliva, por ejemplo. Las almendras son ricas en minerales como el calcio, el magnesio y el fósforo. Entre su composición destaca la presencia de vitamina E, uno de los mejores antioxidantes con el que podemos contar.

Turrón de almendra / Foto: Freepik

Beneficios que nos aportan las almendras

Y de propiedades pasamos a beneficios. Cuando se dice que un puñado de almendras constituye el mejor refrigerio que podemos encontrar, nadie se queda corto. Además de su aportación de energía, este fruto seco, del que realmente solo comemos la semilla, es un cóctel ideal de minerales y vitaminas. En primer lugar, resalta su contenido en calcio, motivo por el que el consumo de almendras está especialmente indicado para aquellas personas que no toman leche. Y es que las almendras pueden aportar casi el doble de calcio que esta bebida. Los aminoácidos y ácidos grasos presentes en las almendras ayudan al sistema circulatorio protegiendo y fortaleciendo las paredes de las arterias. Además, varios estudios han confirmado que las personas que consumen frutos secos de manera habitual rebajan la posibilidad de sufrir un infarto en un 50%.

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Recetas deliciosas con almendras

En esta época del año, la almendra es la gran protagonista con respecto a las recetas de dulces, más todavía en nuestro país, donde existe una larga y amplia tradición de turrones, polvorones y mazapán. El mazapán, un delicado dulce que no deja indiferente a nadie, puede parecer que esconde una complicada preparación, pero la realidad es que tan solo tiene almendras molidas y azúcar en la misma proporción, y un huevo, la clara para unir y la yema para pintar. Las figuritas, tan típicas de Toledo, son uno básico, pero a partir de esta receta se elaboran muchos otros dulces. El Pan de Cádiz es un mazapán relleno de confitura de frutas, de aquí su color característico. Por otra parte, el pan de Gloria suele estar solo relleno de la yema.

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Mazapán / Foto: Freepik

El consejo

A la hora de preparar un dulce con almendra es importante apostar por ingredientes de calidad. Existen muchas variedades (solo en España se cultivan más de 100) y también muchos lugares de producción, y no con todos ellos se obtienen los mejores resultados. Siempre que nuestra receta requiera almendra molida, lo más adecuado es molerla en casa o utilizar almendra recientemente molida para evitar el sabor rancio que puede adquirir si hace tiempo que está envasada. Y, por cierto, las almendras amargas son tóxicas. ¡Así que tened cuidado!