Propiedades nutricionales
Dentro de los pescados azules, que son más grasos que los blancos, podemos decir que el besugo es el más magro. Esto se traduce en un aporte menor de calorías, siendo ideal para combinar con otros pescados blancos si se está a dieta.
Se trata así de una estupenda fuente de proteínas de alta calidad, hasta 19 gramos por cada 100.
En cuanto a las vitaminas, el besugo es rico en las del grupo B. En concreto, el besugo destaca en B12, donde podemos equipararlo con otros alimentos ricos en esta vitamina como la carne o los huevos.
Si hablamos de minerales, el besugo es rico en potasio, fósforo y selenio. El primero es muy necesario en el correcto funcionamiento del sistema nervioso, el fósforo está presente en huesos y dientes, mientras que el selenio es un antioxidante.
Beneficios
Además de ser un pescado magro, sin apenas grasas, los beneficios del besugo son muy interesantes para las personas con falta de hierro o anemia. Su aporte es muy similar al de la carne y, su ventaja, es que su concentración de otros nutrientes como puede ser el calcio, logran que su absorción sea más efectiva.
Otro de los minerales que contiene el besugo y que es muy beneficioso para la salud es el magnesio. Este mineral, del que se han popularizado estos años los suplementos, desempeña funciones básicas para nuestro organismo, como la producción de energía o el mantenimiento de unos músculos fuertes.
El besugo es un pescado muy versátil por lo que se adapta a muchos tipos de preparaciones, pero lo más habitual es cocinarlo al horno
¿Cómo cocinarlo?
El besugo cuenta con una larga tradición en España, siendo muy consumido en la parte Atlántica. Siempre ha estado muy unido a las comidas de Navidad y otras fechas especiales, motivo por el que su precio fluctúa mucho a pesar de estar disponible casi todo el año.
El besugo es un pescado muy versátil por lo que se adapta a muchos tipos de preparaciones. Sin embargo, lo más habitual es cocinarlo al horno. Sin duda, es una de las preparaciones más sencillas y, a la vez, da unos resultados siempre de diez.
Recetas con besugo
Una de las preparaciones más clásicas es el besugo al horno con limón. Además de sabrosísimo, es muy sencillo de preparar. El único secreto es hacer unos cortes (profundos para llegar hasta la espina) en los que introducir unas rodajas de limón. Como base, se puede preparar una cama de patata y cebolla y, antes de meterlo en el horno, añadir un poco de agua.
Con el horno a 190 grados, el tiempo rondará los 45 minutos. Pero, cuando queden unos 15, se le puede añadir una picada a base de pan rallado, pimentón y un diente de ajo para que el resultado sea más crujiente.
A partir de esta receta básica, podemos encontrar otras muchas variaciones. Por ejemplo, el famoso besugo a la donostiarra cambiará el limón por unas guindillas que se añaden al final salteadas con unos ajos.
Origen
Que el besugo esté unido a la idea de celebración y lujo no es algo ni nuevo ni propio de nuestro país. En Japón, uno de los países del mundo en el que se consume más pescado, el besugo es uno de los reyes. Al igual que en Escocia, algo que no ha cambiado desde el Neolítico, etapa de la que se han descubierto estos en algunas excavaciones.
En la actualidad, la mayor parte del besugo que consumimos proviene del Atlántico siendo el invierno su mejor época.
El consejo
Al no tener tanta grasa como otros pescados azules (algunos tipos de besugo incluso se consideran pescados blancos) es importante controlar mucho los tiempos de cocción para que no se quede seco. Si no estás muy seguro de los tiempos, es mejor no hacer los típicos cortes en los lomos para evitar que se deshidrate.
Por otro lado, se debe consumir nada más salir del horno para que no se pase y se quede más seco.