Es una de las especies más amadas en Cataluña y el otoño es su mejor momento. Su carne es jugosa, sabrosa y muy saludable. ¿Necesitas más razones para ir a la pescadería? Al igual que el resto de pescados blancos (como el bacalao, la merluza, el gallo o la lubina), el contenido graso de la dorada es muy bajo. Este es uno de los motivos por el que es tan saludable introducir la dorada en nuestra dieta. Se trata de una excelente fuente de proteínas. Al hablar de vitaminas, las del grupo B destacan por encima del resto, que aportan energía al organismo. Además, muchos estudios relacionan estas vitaminas con la prevención contra diferentes tipos de cáncer. Aunque en menor medida, la dorada también contiene Vitamina A, esencial para la creación y renovación de tejidos. Entre los minerales más abundantes en la carne de la dorada, encontramos el potasio, el fósforo y el hierro. Con ellos se ve reforzado el sistema nervioso. 

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Beneficios que nos aporta la dorada

Al no tener a penas grasas y resultar muy sabrosa con cocciones sencillas, se trata de un plato muy fácil de digerir. Las pocas grasas presentes en la dorada son parte de las denominadas “grasas buenas”, encabezadas por el Omega 3. Este es capaz de reducir el colesterol y proteger el corazón. Otro de los grandes beneficios que nos aporta la dorada es la de fortalecer los huesos gracias a su aporte de calcio y fósforo. Así pues, está especialmente indicada en la infancia, para ayudar a un correcto crecimiento, y en la menopausia, cuando aumenta el peligro de sufrir osteoporosis, enfermedad que debilita los huesos. 

Dorada / Foto: Pexels

¿Cómo cocinarlo? Recetas deliciosas con dorada

La dorada salvaje suele ser algo más grande que la de criadero, llegando a pesar más de un kilo. Además, es mucho más sabrosa, convirtiendo un plato del día a día en un bocado excepcional. Por este motivo, la salvaje, más cara, no necesita mucho trabajo en la cocina y es mejor apostar por preparaciones sencillas que resalten su sabor. Así pues, la opción más valorada es en espeto. Pero como no siempre es posible disponer de unas buenas brasas en casa, al horno con un sencillo ajado o a la plancha con muy poco aceite también se respeta todo su sabor. Más allá de las clásicas y básicas, la dorada es un alimento muy versátil que acepta multitud de preparaciones, aunque sí es cierto que siempre hay que prestar mucha atención a los tiempos, ya que si la dejamos seca se perderá todo su encanto. Una receta muy sencilla y resultona es la dorada rellena. Tan fácil como poner la mitad de la dorada en la bandeja del horno, añadir el relleno que nos guste y cubrir con la otra mitad. Este relleno puede estar formado por setas de temporada picadas o un salteado de verduras

🥔 Orada al forn amb patates

🧂 Orada a la sal

 

Dorada rellena al horno

Origen de la dorada

Gracias a la acuicultura podemos disfrutar de la dorada todo el año, pero es la salvaje la que solo se disfruta una corta temporada. A las doradas, reconocibles por su franja dorada entre sus ojos, les gustan las zonas rocosas y no les importan la presencia de algas. También es fácil encontrarlas en zonas arenosas poco profundas. Se trata del pescado más apreciado por los pescadores catalanes, por lo que es fácil verlos en las playas de Tarragona y Cambrils o, más al norte, en el Cap de Creus.

Nuestro consejo sobre la dorada

Una de las grandes dudas a la hora de comprar dorada (al igual que cualquier pescado) es saber si es fresco. La clave está en los ojos, que deben brillar, al igual que la piel, que en los ejemplares más frescos se aprecia cómo está firme. Para diferenciar la dorada salvaje de la de acuicultura, lo más sencillo es fijarse en la franja dorada que las hace tan reconocible, en las primeras está mucho más marcada.