La gran noticia de la semana ha sido, sin duda, el éxito del restaurante Disfrutar en la lista del The World's 50 Best Restaurants. Oriol Castro, Mateu Casañas y Eduard Xatruch han vuelto a poner Catalunya en el epicentro mundial de la buena gastronomía. Lo han hecho en Disfrutar, pero también lo hicieron los Roca en el Celler y Ferran Adrià en el Bulli. Somos el único país del mundo que ha encabezado la lista con tres restaurantes diferentes y un referente gastronómico que a veces no sabemos valorar lo suficiente. Un hito histórico que capta la atención de la gente durante unas horas, pero del cual todo el mundo se olvida una vez baja el suflé.

Alineación de gala

Es fácil decirlo, pero ser el mejor del mundo en cualquier disciplina es extremadamente complicado. Las cosas se pueden hacer bien, muy bien o mejor que nadie, y cuando entras en este último selecto grupo, cualquier reconocimiento siempre es poco. Hay mucha gente que cocina y mucha que lo hace muy bien, pero no hay ningún país del mundo que haya tenido tres restaurantes en el top uno de los mejores del mundo. De hecho, Catalunya es el país que ha encabezado más veces la lista del The World's 50 Best Restaurants, un total de ocho. En segundo lugar, está Dinamarca, con dos restaurantes que han encabezado la lista un total de seis veces.

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Los chefs del Disfrutar regentan el actual mejor restaurante del mundo. / Foto: Carlos Baglietto

Lo que no ha habido nunca hasta el momento es un restaurante del estado, fuera de Catalunya, que haya ganado el ranking. Mugaritz, Asador Etxebarri y DiverXO son los únicos que han estado en el top tres, pero nunca en primera posición. No obstante, clasificarse entre los tres mejores del mundo es muy meritorio e igualmente complicado. Hay que dejar bien claro que, aunque no hayan sido primeros, son establecimientos de primera división con una calidad más que excelente.

Tarjeta amarilla

Los catalanes somos buenísimos, sí, pero lo tenemos que saber celebrar. ¿Está muy bien alegrarse una vez conoces la noticia, pero igual que cuando el Barça gana la liga o un deportista olímpico consigue una medalla de oro, por qué no llenamos las calles ni hacemos salir a los cocineros al balcón de la Generalitat? Los motivos seguramente son diversos, y está claro que no podemos estar celebrando de la misma manera todos los éxitos conseguidos en nuestra casa (que aunque no lo parezca, son unos cuantos). Pero ser el mejor restaurante del mundo, con tres cocineros que han entrado en el Olimpo gastronómico internacional, es un hecho, insisto, histórico; un adjetivo del cual últimamente se abusa mucho en los medios, pero que en este caso está más que justificado.

Mentiría si dijera que el fútbol no se ha vuelto elitista, pero está claro que la alta gastronomía, tanto en Catalunya como en cualquier otro país del mundo, es un nicho de lujo al alcance de pocos bolsillos

En cualquier caso, está claro que la gastronomía y la hostelería no son como los deportes. Hay rankings, categorías, premios y ganadores, pero en realidad son competiciones ficticias que no siguen ningún sistema de puntos público y concreto. Mentiría si dijera que el fútbol no se ha vuelto elitista, pero está claro que la alta gastronomía, tanto en Catalunya como en cualquier otro país del mundo, es un nicho de lujo al alcance de pocos bolsillos. Pagar 300 € por un menú, independientemente de si lo encuentras caro o no, es un precio elevado para la mayoría de mortales. Un elitismo que aleja a las masas populares, aficionadas al fútbol o los Juegos Olímpicos, del Mundial de Clubs en que se ha convertido el ranking de los 50 Best.

Podemos estar tan orgullosos del triunfo del Disfrutar como del trabajo de los restauradores y trabajadores que luchan día a día por sacar adelante sus proyectos. ¡Viva la gastronomía catalana!