En estos momentos de cambio gastronómico hacia la cocina tradicional, se habla poco de lo que fueron y representaron las fondas en nuestro país, aquellos establecimientos familiares donde antiguamente los viajeros encontraban una cama y un plato de sopa caliente, y que, desgraciadamente, han desaparecido del mapa, excepto unas pocas que han sobrevivido milagrosamente remando contra corriente. Es el caso de la Fonda Europa de Granollers, con 250 años de historia a sus espaldas ofreciendo lo mejor de la esencia de una fonda: una cocina tradicional y una buena sala con un servicio muy próximo que te hace sentir como en casa.

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Comedor de la Fonda Europa / Foto: Víctor Antich

Me acerco para comer a la Fonda Europa de Granollers aprovechando que ha celebrado 250 años de historia. Tengo que decir que hacía días que me apetecía volver y no encontraba el momento. Es el día de Sant Jordi y la Porxada luce como nunca: todas las calles peatonales que la rodean están llenas de puestos de libros y rosas que las vecinas y vecinos se miran interesados. Me abalanzo sobre una mesa de la terraza que dejan libre y pido una cerveza y unas patatas fritas para matar el gusanillo mientras me preparan la mesa dentro del restaurante. Años atrás, era un cliente habitual de la Fonda, porque trabajaba cerca y me presentaba los jueves a comer su paella, también lo era del desaparecido Senyor Parellada de la calle Argenteria, en la época en que vivía en la calle Banys Vells, donde mi plato preferido era la col rellena a la antigua.

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Barra de la Fonda Europa / Foto: Víctor Antich

Acabada la cerveza, entro en la Fonda y compruebo con alegría que nada ha cambiado y cada cosa está en su sitio, se oye música de platos, cucharas y tenedores. Mientras espero en la barra, me viene a la memoria Ramón Parellada arriba y abajo siempre tan servicial y con su sonrisa; ahora, como sabéis, es su hija Maria Antònia quien dirige el negocio desde hace unos años mientras Ramón disfruta de una merecida jubilación.

Una vez en la mesa, el camarero todo vestido de negro me canta el menú y deja la carta. Es todo un poema y me cuesta mucho decidirme; querría probarlo todo: la escudella y carn d’olla, los canelones, el fricandó, la sepia con albóndigas y manitas de cerdo, los arroces, el bacalao.

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Comedor de la Fonda Europa / Foto: Víctor Antich

Mientras todavía me lo pienso, me llenan la copa de un vino tinto del Montsant demasiado fresco para mi gusto. Veo a los vecinos de dos mesas más allá como se llenan por tercera vez el plato de escudella; a ver si van a reventar antes que les llegue la carn d'olla, sería una lástima.

Me decido por el xató de la Fonda que hacen con bacalao, anchoas y tortilla de cuaresma. El xató, como sabéis, es una ensalada catalana hecha básicamente de escarola, bacalao desmigado, atún y anchoas con una salsa hecha con almendras, avellanas, pan mojado en vino, ajos, aceite, pimiento y ñoras que curiosamente diferentes ciudades del Garraf y el Penedès, como Vilanova i la Geltrú, Sitges y El Vendrell, se disputan su autoría. Con respecto a la salsa xató es un tema recurrente compararla con la salsa romesco; aunque son parecidas, no son iguales, la diferencia radica principalmente que en la salsa romesco los tomates y ajos son escalivados, no crudos como en la salsa xató.

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Fricandó con setas. Fonda Europa / Foto: Víctor Antich

En la mesa de al lado les traen un arroz negro que estaba dentro del menú y que tiene una pinta increíble; estoy por preguntarles si me dejan meterle la cuchara, menos mal que aparece el fricandó con setas a la mesa y me olvido. Lo encuentro delicioso, la carne se deshace en la boca y no me canso de mojar pan.

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Semifrío de canela. Fonda Europa / Víctor Antich

Una buena comida siempre se acaba con un buen postre. Hoy un clásico, el semifrío de canela. ¡Qué bueno!

Probar la cocina de la Fonda Europa es un viaje a los orígenes de nuestra gastronomía. La tradición, técnica, calidad y producto van de la mano en un ambiente familiar y acogedor que no olvidarás fácilmente. Larga vida, pues, a la Fonda Europa y a sus platos de cuchara y desayunos de tenedor.