La vida está llena de paradojas, una de ellas es que el hotel más lujoso y elegante de Catalunya, con categoría de cinco estrellas Gran Lujo y que forma parte de la prestigiosa organización internacional The Leading Hotels of the World, tenga nombre de hostal, El Hostal la Gavina.
Para situarnos, la urbanización de S'Agaró, situada en el municipio de Castell-Platja d'Aro entre la playa de Sant Pol y la de Sa Conca, fue un encargo del visionario, hotelero y empresario Josep Ensesa i Gubert al arquitecto Rafael Masó i Valentí, cuya guinda era El Hostal la Gavina que abrió puertas el año 1932 con 11 habitaciones convirtiéndolo así en el destino de veraneo predilecto de famosos de la época en la Costa Brava. Actualmente, son los cuatro nietos de Ensesa; Júlia, Virginia, Carina y Josep los que continúan el legado manteniendo bien viva la leyenda del Hostal.

Ava Gardner, Nigel Patrick y John Laurie en la playa de Sant Pol

LG se ha convertido en refugio de personajes ilustres del mundo de la cultura, la política y la sociedad en general, la lista es interminable y sus historias jugosas. Por sus estancias han pasado directores de cine como Orson Welles, actrices como Ava Gardner, entonces pareja de Frank Sinatra, donde según dicen, le puso los cuernos con el torero Mario Cabré durante el rodaje de Pandora y el holandés errante, también Elisabeth Taylor, Sean Connery, Jack Nicholson o Robert de Niro; mandatarios como Giscard d'Estaing, o artistas y escritores como Salvador Dalí, Josep Pla, Plácido Domingo, Josep Carreras, Carlos Santana o Lady Gaga. Los últimos personajes conocidos en visitar La Gavina han sido el actor Liam Neeson y el director Neil Jordan con motivo del rodaje de la película Marlow, justo recién estrenada.

La Gavina de noche

El Hostal de la Gavina es realmente acogedor, pero también tiene otra vertiente de la cual no podemos dejar de hablar: sus propuestas gastronómicas. Allá vamos!!

Las propuestas gastronómicas de La Gavina:
LG
siempre ha ofrecido buenas propuestas gastronómicas, actualmente ofrece tres opciones, todas coordinadas por Romain Fornell como director gastronómico.
Primera propuesta. Es mediodía, y después de un baño en la fantástica piscina de agua marina nos sentamos a la mesa en la terraza del restaurante Garbí, desde donde vemos la playa de Sant Pol. Su especialidad son los arroces, sin embargo, quizás por el calor que dicen que quita el hambre, escogemos una Ensalada de langostinos, aguacate y vinagreta de jengibre y naranja, que resulta muy refrescante.

Ensalada de langostinos, aguacate y vinagreta de jengibre y naranja / Foto: Victor Antich

Hacemos unas copas de vino blanco del Penedès y aconsejado por el jefe de sala, pedimos el pescado del día, un pargo cocinado a la brasa, muy sabroso y que me recuerda al dentón o a la breca. Entro en la cocina a saludar al chef David Cortijo y también a José Pulido, chef ejecutivo del Hostal de la Gaviota. Cerramos la comida con un hojaldre caramelizado con "Requesón de trapo" y espuma de toffee.
Segunda propuesta
. Para cenar vamos al Candlelight. Cruzamos la sala del comedor donde hay un piano de cola desde donde nos ofrecen música en directo, y nos sentamos a la mesa en un bonito patio adornado con plantas en flor y una fuente central. Aquí la iniciativa es la del joven chef Oriol Fernández con dos menús degustación de temporada: la Colección de primavera y el Festival de emociones.

Restaurante Candlelight / Foto: Victor Antich

Escogemos el primero con maridaje de vinos. Empezamos con unos entrantes muy interesantes, sobre todo el Crujiente de piel de pollo con tártar de calamar y la Royal de foie gras, armagnac y portobello que regamos con un Champàgne rosado Forget-Brimont. Excelente la Flor de calabacín, rebozuelos, almendra y salsa Nantua combinada con un blanco del Bierzo, el Ultreia Godello, suave y muy afrutado, ligeramente dulce. Destacable la cigala, espárrago alpino y aire de Champagne y el Rodaballo, muselina de albahaca y sopa de apio, que en esta ocasión mojamos con un Sota els Àngels Presència 2017 del Empordà, hecho 100% con garnacha blanca. Para acabar, el Pichón en dos cocciones, zanahoria, naranja y choux de paté, que en este caso casamos con un Muga del 2016, lo mejor de la noche, en definitiva una cena para enmarcar.

Rodaballo, muselina de albahaca y sopa de celeri / Foto: Victor Antich

Los postres refrescantes, Apio, albahaca y limón, por un lado, y Soufflé de pera con helado de vainilla y toffee de haba tonka, por el otro. Finalmente, resaltar la profesional dedicación de Paco Cornejo como director de sala y la nariz privilegiada de Florian David como chef sumiller, los dos hacen una gran tarea.
Tercera propuesta. Junto a La Gavina, en la misma playa de Sant Pol nos encontramos la Taberna del Mar, también propiedad de la familia Ensesa, un edificio blanco de principios del siglo pasado restaurado por última vez en 2014. Fue inaugurado en 1936 y curiosamente fue cerrado de manera repentina al cabo de unos días a causa del inicio de la guerra, siendo reabierto tres años más tarde.

Carrito de pescado en el restaurante La Taverna del Mar / Foto: Victor Antich

Estamos sentados en la mesa en la terraza a primera línea de mar, el ábrego sopla enfurecido y vemos más de un susto delante de las históricas coloridas casetas de baño. Jaume Sala, director del restaurante, nos informa de las novedades fuera de carta, dejamos que escoja él mientras nos muestra un gozo de carrito lleno de productos del mar de la Cofradía de Pescadores de Sant Feliu de Guíxols con rodaballos, cabrachos, lubinas, un gallo de Sant Pere, gambas, cigarras, percebes, y ostras, también lo dejamos hacer y aconseja una escorpina, un pescado salvaje primo hermano de del cabracho, un pescado feo, muy feo, pero muy sabroso, que cocinarán al horno y que degustaremos después de los entrantes. Llenamos la copa con un Albariño, el Embaixador 2020 de las bodegas familiares Attis, es un excelente vino de producción limitada, intenso en nariz y boca, muy elegante.

Vichyssoise, con puerro confitado, mousse de foie y trufa de verano / Foto: Victor Antich

Empezamos con una versión personal de la tradicional vichyssoise, con puerro confitado, mousse de foie y trufa de verano, que apetece mucho con el calor que hace, la trufa es de Osona, dicen que el mejor momento para empezar a comer es a partir de Sant Joan, por lo tanto, vamos bien. Seguimos con una Ensalada de judía tierna y tomate de la Vall d'Aro con piñones, rape langostinado y romesco que encontramos extraordinaria. El rape langostinado es un hallazgo que vale la pena.

Panegal  cocinado al horno sobre un lecho de patatas y con salsa donostiarra / Foto: Victor Antich

Nos saludamos con Romain Fornell que se está zampando un pez de San Pedro en la mesa de al lado, el director gastronómico de La Gaviota y también de la Taberna y que tiene una merecida estrella Michelín en el Caelis.
Llegan las tallarinas salteadas con ajo y perejil, también unas ostras, las gallegas J. Fariña y las francesas Marennes Oléron, las dos buenísimas y completamente diferentes. Después del festival de los entrantes, es el momento del panegal cocinado al horno sobre una lecho de patatas y con salsa donostiarra aparte, hecha con ajos, guindilla, perejil, vinagre y aceite de oliva virgen extra, es una carne firme y muy sabrosa, chupamos la cabeza como si nos fuera la vida. Se tiene que decir que en la cocina de La Taverna brilla José Muniesa exjefe de cocina del Via Veneto y para quien no pasan los años, su experiencia es permanente en la calidad de las elaboraciones.

José Muniesa exjefe de cocina del Via Veneto, ahora Chef de La Taverna del Mar / Víctor Antich

Como el viento no para de soplar, nos invitan a pasar a la sala interior de aire marinero donde compartimos un Brownie de chocolate con frutos rojos, y una tatin de Manzana al Calvados, crumble y tofee con helado de vainilla, ante unos ventanales con vistas al mar.

Ventanal de La Taverna del Mar / Foto: Víctor Antich

En La Gavina se come muy bien. Cualquier opción de las que te ofrecen, el Garbí, el Candlelight o la Taberna, es acertada. Son diferentes; si lo que buscas es un lugar informal donde comerte un buen arroz o un buen pescado a la brasa, el Garbí es tu lugar; si, en cambio, lo que buscas es un toque más elegante y sofisticado, hasta romántico, con cocina muy elaborada, tienes que pisar el Candlelight. Pero si lo que quieres es estar a pie de playa y una cocina marinera que roza la excelencia, entonces, tu opción es la Taberna del Mar.