Este miércoles por la mañana se ha presentado en el mercado de la Boqueria el libro La Boqueria del Juanito. El acto ha contado con la presencia del presidente de la Boqueria, Jordi Mas, paradistas y diferentes voces autorizadas del mundo de la gastronomía como Carme Ruscalleda, que ha escrito el prólogo del libro, Isidre Gironès, Carles Gaig, Josep y Pere Monje y también el alcaldable Xavier Trias.
El libro explica la historia del Juanito a través de un recorrido pausado, en fotogramas, desde su crecimiento personal, amalgamado con el personaje y su entorno, que lo define como "la pura simpatía, amabilidad, felicidad y bondad". Joan Bayén era el alma de la Boqueria, un maestro del oficio y embajador del mercado y de la ciudad. El libro cuenta con textos de Inés Butrón, Àlex Aguilar, Carla Alpeñés y Félix Montero; las fotografías de Josep Rodena y los dibujos de Javier Mariscal, Òscar Nebreda y Montse Fransoy. De momento, solamente está editado en castellano por Genco Editorial, de la mano de Emmanuel Bouvard y Alberto Herrero.
La actualidad gastronómica barcelonesa ha estado marcada claramente en los últimos meses por todo el enredo que ha afectado al Bar Pinotxo, Joan Bayén y sus sobrinos. El alboroto informativo ha sido de dimensiones considerables y, desde que el recientemente difunto Joan Bayén se jubiló, las noticias han sido constantes. El pasado 11 de abril Juanito murió a la edad de 88 años por causas naturales, dejando atrás un legado que ni la Boqueria ni Barcelona podrán olvidar.
Juanito, como lo conocemos los amigos, nació en el barrio del Raval de Barcelona en 1934, empezó a trabajar detrás de la barra del ahora emblemático Bar Pinotxo con su madre Catalina ahora hace casi ochenta años. Catalina empezó haciendo bocadillos y cafés, pero, con el tiempo, Juanito recondujo la oferta gastronómica a platos tradicionales de la cocina catalana como el capipota, los garbanzos con butifarra negra o los chipirones con judías, entre otros, y recibió el Premi Ciutat de Barcelona de Gastronomia ahora hace siete años.
Juanito era maratoniano de pies a cabeza en sus ratos libres, corrió dieciocho maratones, una de ellas en la ciudad de Nueva York. Hasta hace pocos días antes de morir, era habitual encontrártelo por Montjuïc sudando la gota gorda. Te decía: "He dejado de correr maratones porque los ganaba todos" y se reía: "Jajaja". Con el tiempo se ha convertido en icono de la Boqueria, era queridísimo por todo el mundo por su carácter afable y único. Pisar el Pinotxo era adentrarte en un tiempo pasado, un viaje de ida y vuelta donde revivías la Boqueria de toda la vida, sin aditivos ni conservantes. Siempre decía: "¿Sabes cuál es mi problema? Que no estoy nunca cansado". Por su local, me explicó Juanito, han pasado personajes como Jacqueline Bisset, "es guapísima, guapísima", decía. Con su adiós se ha ido toda una generación y muchas horas de barra, vivencias, deseos y sueños.
Después del acto del libro, se ha presentado la figura de cera de Joan Bayén, Pinotxo, realizada por el artista británico Michael Wade, en la misma Rambla y la han llevado después al Nou Museu de Cera de Barcelona, donde será situada en la sala "Maestros de la cocina" compartiendo espacio con las figuras de Jordi Cruz, Carme Ruscalleda, Ferran Adrià o los hermanos Roca.