El Alt Urgell es la segunda comarca más grande de Catalunya, sin embargo, es una de las menos pobladas. Uno de sus atractivos principales es la gastronomía de montaña, donde prevalece el producto autóctono. Yo destacaría las setas, sobre todo, las setas calabaza, las colmenillas, las senderuelas, los rebozuelos, las setas de carrerilla y, cómo no, los níscalos en la variedad mízcalo, pero también la col de invierno, la achicoria, la trucha de río, el jabalí, la liebre, la perdiz y el corzo, entre otros. Pues bien, en Ardaix, municipio de El Pont de Bar, con tan solo siete habitantes, situado entre Andorra y La Cerdanya, encontramos La Taverna dels Noguers, donde cocinan muchos de estos productos cuando es su temporada.
La Taverna es una casa de comidas de cocina tradicional catalana con toques afrancesados que abrió puertas en 1982 con Miquel Mas y su mujer Carme. Pero es a partir del año 94 cuando Miquel hijo coge las riendas del negocio, que ahora dirige junto con su pareja Ramona, siempre tan amables y atentos, posicionándolo definitivamente dentro del mapa gastronómico alto urgelense gracias a sus magistrales elaboraciones con productos de primera calidad, consiguiendo así una de las distinciones más preciadas: la Bib Gourmand de la Guía Michelin.
Llegamos a la Taverna desde La Seu d'Urgell bordeando el Segre dejando atrás El Pont d’Arsèguel, Els Banys de Sant Vicenç y El Pont de Bar. Unos nogales nos dan la bienvenida, ya sabéis el dicho: nunca hagas la siesta bajo la sombra de un nogal, porque de las nueces verdes emana cianuro en pequeñas cantidades; pero bueno, como no hemos venido a dormir sino a zampar, ningún problema, nos sentamos en la terraza bajo la sombra de un sauce mientras nos embuchamos unas cervezas heladas disfrutando del entorno, donde se respira calma y tranquilidad, es uno de aquellos lugares que transmiten buena energía.
Los entrantes de la Taverna ya me atraparon hace mucho tiempo
Ventiladas las cervezas, entramos en el local. La mesa tiene buena pinta y traemos mucha hambre, así pues, nos tiramos literalmente encima de los entrantes y las bandejas van bailando de mano en mano, llenas de esqueixada de bacalao, escalivada, ensalada de patata, jamón, longaniza, bull de carne y de lengua y un poco de ensalada, para desengrasar, con aceite virgen de oliva y vinagre de jerez. No estoy muy acostumbrado a los platos compartidos, pero reconozco que los entrantes de la Taverna ya me atraparon hace mucho tiempo.
Para beber abrimos un Castell de Raimat Chardonnay, un vino blanco con DO Costers del Segre con el cual hacemos el primer brindis del día. Me parece que es un chardonnay muy sabroso, un vino seco pero con una acidez muy controlada.
Unas manitas de cerdo que enamoran a los ángeles
Hace muchos años que piso la Taverna, he probado todos y cada uno de los platos de su carta en diferentes ocasiones, pero, curiosamente, siempre que vuelvo no sé qué pedir. No me pasa en ningún otro local, me gusta todo; es más, en otros lugares a veces hago los deberes antes y sé lo que pediré antes de mi visita. Hoy, al final, después de oír cantar a Miquel los platos para escoger "que enamoran a los ángeles", como bien nos recuerda, me decido por las manitas de cerdo con nabos de Cerdanya. No existe ninguna cocina con tantas recetas de manitas de cerdo como la catalana; las manitas de la Taverna son una versión clásica y definitiva.
Otros platos muy celebrados son la perdiz estofada con setas, que me encanta; el conejo a la mostaza guisado en papillota; el pato con peras y la paletilla de cordero al cava, pero los dejaremos para otro día... ¡Hagamos otro brindis para celebrarlo!
Pero todavía faltan los postres. Entonces llega Miquel se acerca con el carrito bien cargado de postres, que, como dice, son todos caseros y no es obligatorio coger solo uno. Veo el flan, el brazo de gitano de trufa, el pastel de limón, las lionesas con nata del Cadí y el chocolate caliente, las peras de Puigcerdà al vino y la pasta hojaldrada de manzana con compota de manzanas silvestres... Escojo la pasta hojaldrada, que ya somos viejos conocidos.
La Taverna dels Noguers es un restaurante familiar que te ofrece una cocina de montaña sincera y sin tonterías con raíces catalanas pero con influencias francesas, donde los que la visitamos a menudo nos encontramos como en casa. Yo, de vosotros, miraría de ir. Me voy bien contento montaña arriba, que todavía encontraré unas colmenillas antes de que haga oscuro.