Quedamos a las nueve de la mañana en el mercado para comprar viandas y verduras con los amigos de @sillysausage_caterings. Mientras nos partimos unas habas a la catalana en el bar del mercado, repasamos recetas y qué necesitaremos. Con una hora tenemos los capazos llenos y procedemos a cocinar. Ponemos agua a hervir, escaldamos diez tomates de colgar, los pelamos y a cocer con media cabeza de ajos aplastados, aceite, vinagre, tomillo, laurel y orégano: que vayan haciendo hervor. Arrancamos el horno y metemos cuatro boniatos en una bandeja. Cortamos media docena de cebollas a juliana y a freír en la sartén tranquilamente. En un recipiente que podamos cerrar bien, una fiambrera, por ejemplo, ponemos aceite, soja, bastante moscatel, pimienta, sal y un par o tres de costillas de cerdo cortadas a trozos, que queden bien empapadas de la salsa y se vayan marinando.

Pulpitos encebollados y hummus bil lahme

Al cabo de una hora, los boniatos estarán al punto, la cebolla tendrá un color fenomenal y los tomates tendrán buena pinta. Pelamos los boniatos y en un bol|cuenco los mezclamos con queso fresco, un par de huevos y la harina que coja: con esta masa tan sencilla nos saldrán ñoquis para unas cuantas comidas —en la zona rioplatense está la tradición de comer cada día 29 y poner un billete bajo el plato para tener buena fortuna el mes siguiente: la leyenda explica que San Pantaleón pidió un mendrugo de pan a unos campesinos del Véneto y ellos lo invitaron a unos ñoquis. Cuando se fue, los campesinos encontraron unas monedas bajo el plato. Como todo eso pasó a un 29 de julio, la fecha quedó fijada. La cebolla, ahora ya de color tostado y con aquel aroma maravilloso, la separamos en dos.

Cocinar con los amigos / Foto: Pixabay

¡Qué no se puede hacer, con un buen sofrito! Esta mañana haremos pulpitos encebollados y hummus bil lahme. Los pulpitos los añadiremos a la cebolla y lo coceremos una hora en la misma sartén, con pimienta blanca, moscatel, una pizca de cacao y, al final de todo, perejil. El hummus bil lahme es un plato clásico del Mediterráneo y el Oriente Medio que combina el hummus con la carne de ternera (bil quiere decir "con" y lahme "ternera"). ¡Cortamos un par de bistecs de ternera en tiras finas, mezclamos la carne con la cebolla que habíamos apartado, añadimos una cucharada sopera de raso al hanut (una mezcla de especias muy popular del norte de África que contiene nuez moscada, canela, cúrcuma, cardamomo, clavo y pimientas), sal, un manojo de piñones, un pellizco de zumaque (que le dará un toque cítrico) y que no falte el perejil! Con una buena capa de hummus, es un plato de fiesta mayor.

Hemos estado unas tres horas. Podríamos haber hecho mil otras recetas. La cuestión es encontrarse, cocinar juntos y hacer despensa

Los tomates, ya confitados, los puedes guardar en un tarro de cristal, bien colocados, y en la nevera serán un recurso fabuloso para acompañar cualquier plato o bien para convertir una humilde tostada en una delicia. Los pulpitos encebollados los puedes congelar y cuando te pese, con un tarro de garbanzos, te solucionarán una comida y te alegrarán el día. La costilla marinada la puedes guardar en la nevera y en un día o dos hacerla al horno a baja temperatura en una hora: ¡te lamerás los dedos!

Hacer despensa con los amigos: obligación social

Hemos estado unas tres horas. Podríamos haber hecho mil otras recetas. La cuestión es encontrarse, cocinar juntos y hacer despensa: que cuando te coja el hambre y estés reventado o vayas con prisa, tengas recursos y viandas buenas para sacar el vientre de mal año. Un día tú enseñarás una receta, y otro día, lo aprenderás. Os faltará un ingrediente y os inventaréis con cuál otro sustituirlo. Os lo pasaréis bien y pincharéis la burbuja gastronómica: ¡feudo despensa con los amigos, ya veréis qué alegría!