Esto del distrito @22 en el Poble Nou está donde Cristo perdió la alpargata, siempre que tengo que ir, acabo fastidiado como una mala cosa parado en cualquier cruce intentando adivinar con el móvil en la mano y cara de imbécil por dónde tengo que ir. Finalmente llego al restaurante Per Feina y aparco la moto en frente, me enciendo un cigarrillo, veo la juventud aquí y allí tomando el sol y charlando, oigo zafarrancho de chiquillos a lo lejos.
Entro en el local, tengo reserva para el primer turno, me dan mesa y muy rápidamente me traen la carta con un plato de olivas y uno de longaniza mientras me preguntan qué quiero para beber. Osti tú, hoy lo hemos acertado, pienso.
En la carta tienen nueve primeros y nueve segundos que van cambiando cada quince días
Pido una copa de vino mientras me estudio la carta. En pocos segundos me llenan la copa de un tempranillo D.O. Rioja, La Locomotora, más que correcto. Le doy un par de sorbos, saco el cuerpo adelante y me quito la americana, también me arremango la camisa, me pongo a ello. En la carta tienen nueve primeros y nueve segundos que van cambiando cada quince días, me comenta Estefania, aunque tienen dos platos que se repiten desde su apertura, los puerros y las lentejas, pues vamos allá, es justamente lo que pido.
Deciden abrir un local donde se pueda comer de puta madre al precio de dieciocho euros
El chef y copropietario del Per Feina Rafa Zafra es de un pueblo sevillano, de joven se marchó a trabajar a Cancún y vuelve a Barcelona ahora hace unos diez años para instalarse y abrir el Restaurante Estimar junto con Anna Gotanegra, una marisquería del siglo XXI según Ferran Adrià. Por cierto, nada que ver con la marisquería desenfadada el LLuritu en la Vila de Gràcia que no tiene nada de marisquería pero tampoco de desenfadada, la he pisado dos veces y os aseguro que no pienso volver, pero esta es otra historia. Rafa abre más tarde Estimar en Madrid, Amar en el Hotel Palace y Jondal en Ibiza. Con esta trayectoria llega la pregunta del millón: ¿por qué montar un restaurante de menú económico? La respuesta la encontramos en la complicidad con su socio del Estimar que deciden abrir un local donde se pueda comer de puta madre al precio de dieciocho euros todo incluido, pues dicho y hecho, porque os aseguro que lo han conseguido.
El comedor és amplio y luminoso, muy funcional, tiene una capacidad para unas ciento cincuenta personas y hacen dos turnos, el local inicialmente está concebido por los oficinistas que trabajan en la zona, pero lo cierto es que actualmente llenan con la parroquia de cualquier barrio de Barcelona. La sala funciona como un reloj, van súper enchufados. Los camareros hablan catalán y se agradece.
Me llevan los Puerros a la brasa con vinagreta de olivas y avellanas, guisados al horno Josper, por encima del praliné de avellanas y la pasta de aceitunas, espectaculares.
Me saluda Stefano Schirru que dirige la cocina al Per feina, conoció a Rafa en México ahora hace casi diez años. Me informa de que aparte del menú tiene interés en que pruebe otros platos, le comento que adelante.
Así pues, me llega una cata de la Ensalada rusa con ventresca de atún y piparras adobadas y del Steak tartar clásico con tostaditas, me hago cruces de la calidad de las elaboraciones.
Mientras disfruto de la comida también pienso en mis preocupaciones, estamos al lado de Razzmatazz y me viene a la cabeza el último concierto que vi en la sala ahora ya hace unos años, fue el de la banda estadounidense Gossip, un concierto brutal que acabó con la parroquia cantando el Standing in the Way of Control mientras la cantante, Bett Ditto, se tiraba de cabeza desde el escenario en los brazos de sus admiradores mientras el mundo se paralizaba y todos alucinábamos dado el sobrepeso de la cantante del cual se siente muy orgullosa, una vez manifestó "no tengo sobrepeso, soy gorda. Tengo "michelines" y no me importa", la situación se resolvió sin incidentes, por suerte, un pedazo de concierto.
Es la hora de las lentejas guisadas con foie y calamarcito, las lentejas son pardinas, están guisadas con un sofrito con aceite de oliva pero le añaden grasa de pato y caldo de pescado, por encima del foie fresco y el calamarcito pasados por la sartén, me roban el corazón.
Pruebo los Canelones de asado, los típicos catalanes hechos con diferentes carnes y gratinados con parmesano y trufa, también el lomo de atún cebado con almendras fritas, marcado en la Josper y cebado con un sofrito de ajo y mucha cebolla, tapado y dejar hacer añadiendo un poco de vino rancio.
Acabamos con el Flan de huevo, que me traen de un carrito de postres, delicioso, el secreto está en la cocción, me comenta Stefano.
Aquellos que se preguntan si el modelo del menú diario de dos platos y postres está en vías de extinción debido a las nuevas modas, la respuesta es rotundamente no y Per Feina lo demuestra llenando cada día su comedor con trescientas personas, bueno, no cada día, solamente de lunes a viernes y al medio día.