Este fin de semana se han celebrado las jornadas Foc X Foc en la estación de Grandvalira, donde los organizadores han reunido a amigos y gente del sector para disfrutar de la buena brasa de la mano del chef argentino Javier Brichetto, uno de los máximos representantes de la cocina del asado argentino en todo el mundo. Javier, junto con los chefs de Grandvalira, Christian Moreau, Gerardo López y Juanjo Cubo, prepararon un menú a cuatro manos para el sábado al mediodía en el Refugi del Llac de Pessons, en el sector de Grau Roig, y para cenar en el Racó de Solanelles, del sector de Encamp.
Como estaba nevando en Andorra, la organización decide pasarnos a recoger por el hotel, no sea que nos quedemos tirados antes de llegar a pistas. Nos recoge Jordi Galceran, director de la estación, un joven dinámico y muy simpático conocedor de Grandvalira como nadie. Durante el trayecto hablamos de la estación, de Andorra y del cambio climático, también de la Seu d'Urgell, donde nació y de donde guarda buenos recuerdos. Vemos la pista nocturna iluminada, una de las primeras de Europa, llena de esquiadores y llama mucho la atención porque además está nevando. El viaje ha sido rápido y, como quien no quiere la cosa, nos encontramos a pie de pistas en el sector Grau Roig con un frío de mil demonios. Tomamos una copa de champán para hacer tiempo, saludamos a unos y a otros, también a Josep Maria Kao y a Javier Torres que están por aquí. Terminada la copa, nos distribuyen en dos máquinas retrac que nos llevarán a 2.600 metros de altitud.
Para quien no se haya subido nunca a una retrac, de noche, nevando y con luna llena, os aseguro que es una experiencia que hay que vivir al menos una vez en la vida. Subimos por paredes que no te imaginarías y las vistas son espectaculares. En más o menos un cuarto de hora estamos en destino.
Nos encontramos en el Refugi del Llac de Pessons, uno de los restaurantes más emblemáticos de Grandvalira, con treinta años de trayectoria en la cocina de montaña, donde probaremos las innovadoras técnicas de brasa que el chef Brichetto utiliza en su restaurante Piantao de Madrid, seleccionado en el puesto número 28 y 4 de España de los World's 101 Best Steak Restaurants.
Fuera del restaurante, nos da la bienvenida un enorme fuego exterior, en torno al cual veo colgando de unos hierros al estilo del singular cocinero Francis Mallmann, conocido como el rey del fuego, pimientos, boniatos, piñas y otras frutas y verduras.
Nos han preparado un homenaje con carnes de los Estados Unidos, la ternera Black Angus de US Meat Export Federation, la US Beef, reconocida por su intensidad de sabor, y la japonesa Wagyu, probablemente la carne más exquisita del mundo y más anhelada por los paladares más exigentes. Además, las hemos podido degustar en diferentes formatos: ojo de bife, que es lo que conocemos como lomo alto; la entraña, el famoso corte tradicional de la cultura argentina; la chuleta, o la picanha. El chef Brichetto nos explica: "Hago diferentes cortes de carne, con diferentes orígenes y cocción. Desarrollamos técnicas de cocción a partir de una pirámide en la cual cocinamos directamente con piezas enteras: desde una entraña americana hasta un solomillo de Wagyu japonés, y que, por primera vez, se han cocinado a más de 2.000 metros de altura".
El chef nos comenta la dificultad de cocinar en la nieve a esta altitud, dado que primero tienes que subir con retrac todos los alimentos y utensilios necesarios para cocinar al aire libre. Confesa que para él es una experiencia, pero también para el comensal.
Añade que todo ha sido posible gracias a las instalaciones de máxima calidad, donde todo está concebido y estructurado para dar respuesta a la compleja operativa diaria. Según el chef, justamente, esta excelencia ha sido uno de los motivos para llevar a cabo esta colaboración: "Las cocinas son de mucho nivel y el prestigio de Grandvalira ha sido mi otra gran motivación".
Nos despedimos de Blanca y el resto de la parroquia felicitándolos por la magnífica organización de las jornadas Foc X Foc de este año. Así pues, nos subimos a la retrac contentos de la experiencia vivida y nos tiramos montaña abajo con la luz de la luna dispuestos a repetir el próximo año, si procede.