Una bonita manera de llegar a la Costa Brava es hacerlo con la barriga llena, así, cuando ya estás ahí, no tienes que pensar en llenarla. Una de las mejores opciones para darte un homenaje el primer día de vacaciones y acabar bien satisfecho, está cerca de Girona y camino de la Costa Brava, según cómo se mire. Hablo del restaurante Els Tinars, ubicado en una antigua masía familiar en el término municipal de Llagostera arreglada hace más de 30 años. Ahora mismo, el restaurante Els Tinars lo abandera la tercera generación de la familia Gascons Lloveres: Carles Gascons como chef y su hermana Elena como jefa de sala, que mantienen la estrella Michelin que ganaron en 2008, así como un par de soles Repsol.
Todavía no me he llegado a sentar que aparecen unos entrantes en la mesa: salmorejo; focaccia de romero, aceite de oliva virgen y flor de sal; olivas gordal; tomate natural con cebolleta y unos cortes de longaniza de Vic. El local es elegante y luminoso, con una pequeña terraza rodeada de jardines. Mientras observo la carta, Elena me da la bienvenida y me abre un vino blanco de Peralada, Inspirador 2022, un vino equilibrado y persistente, la garnacha blanca es ideal para acompañar el pescado. ¡Qué bueno tan fresquito!
Tengo que decir que el carpaccio de gamba de Palamós, tomate, anchoa, almendra y vinagreta de su coral me gusta mucho. Me comenta Marc que siempre trabajan con los mejores productos de temporada, tanto de Girona como del Empordà.
Saboreo los espárragos blancos y verduritas de verano a la brasa, queso y crema de ibérico, quizás son los últimos de la temporada, una elaboración que borda la excelencia. Dejo el plato bien reluciente, en parte, gracias a la calidad del pan, que hacen ellos mismos, quizás para recordar que su abuela regentaba un horno de pan a principios del siglo pasado.
Entre copa y copa, acabo con el lomo de merluza a la brasa con aceite de ajo y guindilla, cebollitas, patata y pimientos del piquillo, con todo el sabor de la brasa y el buen rollo que le dan los acompañamientos.
De postre pido el pequeño coulant de chocolate caliente con helado de especias y avellanas para redondear la comida. A mí, que soy un entusiasta de los coulants, este me ha impresionado por su sabor, curioso y diferente.
Els Tinars es un restaurante familiar, donde la cocina catalana tradicional se muestra sin rodeos ni artificios manteniendo la pureza de los sabores, todo debidamente sazonado con mucha pasión y una técnica pulcramente elaborada, con un servicio de sala impecable.
Me voy contento y bien saciado hacia la Costa Brava —objetivo conseguido—, sin dejar de pensar en lo que decía M. F. K. Fisher en Mi yo gastronómico: "¿Me preguntan por qué escribo sobre la comida, y sobre comer y beber? Resulta, pues, que cuando escribo sobre el hambre, en realidad hablo del amor y del hambre de amor..., y después de la calidez, la plenitud y la dulce realidad del hambre satisfecha..., y todo ello es una sola cosa".